Lorena Rojas | LA PRENSA DE LARA.- Cuando danza se siente como si estuviese en el aire, el público queda atónito y sólo escucha la música, la coreografía la tiene presente, el vestido ondea de un lado al otro con sus pasos y el desenvolvimiento en el escenario es todo un espectáculo, se trata de la maestra de danzas tradicionales, Nery Johnson, que a sus 85 años suma decenas de reconocimientos y experiencias en el mundo artístico, dentro y fuera de Venezuela.& ;
Al llegar a su hogar, la maestra te recibe con una gran sonrisa, ella es sencilla, elocuente, divertida y muy amable. Una de las paredes de su casa la destinó para colgar reconocimientos y diplomas, de los cuales ya perdió la cuenta de cuántos son, pero destaca que la disciplina y la pasión han sido la clave para obtenerlos.& ;
«He viajado a muchos lugares a bailar, dentro y fuera del país siempre me he sentido muy orgullosa de representar al estado Lara», dice con alegría de haber participado en más de 30 festivales, entre los que destacan: XIII Festival del Caribe, la Fiesta del Fuego, Santiago de Cuba, Festival de Danzas en Miami, X Festival Folclórico de la Sabana: Organizado por la Corporación de Turismo de Funza, Cundinamarca, II Festival Internacional Quito -& ;Ecuador, entre otros.& ;
Nery Johnson Escobar, quien es oriunda de Chuspa, en La Guaira, cuenta que siempre le gustó la danza; sin embargo, fue a los 14 años que inició a formarse en el grupo de Yolanda Moreno cuando fue a verla en la casa del Ministerio de Trabajo de la Cultura, donde estaba el teatro, danza y títeres.& ;
«Yo acompañaba a mi hermana que estudiaba teatro con Horacio Peterson, ahí decidí meterme en danza, habían tres grupos Caracol de Bronce, Tierra Firme y Cerro El Ávila, los cuales fueron unidos por Jacinto Jaramillo para hacer una gira por El Caribe por tres meses», comenta recordando que esa fue su primera gira, para ese entonces se desempeñaba bailando tambor, gracias a sus raíces de La Guaira.& ;
Comenta que cuando tenía 20 años recibió una carta del gobernador de Lara, Miguel Romero Antoni para participar y colaborar en el II Festival Folclórico en Barquisimeto y posteriormente recibe la propuesta de quedarse para dirigir la Casa de La Cultura Julio Garmendia.& ;
«A través de eso llegué a vivir en el Hotel Príncipe por un año porque no tenía casa, el gobernador me mantuvo ahí por ese tiempo con mis tres comidas, estando ahí visité a todos los municipios», comenta señalando que es así como se funda la Escuela de Danzas del estado Lara «La Tuna de Oro» en 1967.
Asimismo, fundó el Centro Coreográfico Ensayo en 1972, en donde sus danzas folclóricas han recorrido casi toda América Latina y El Caribe.& ;
«Soy barquisimetida porque, aunque no nací aquí, he trabajado por mucho tiempo en estas tierras. Aquí conocí todas las danzas del estado Lara. Bailé con La Zaragoza, Las Tejedoras de Quíbor, entre otras manifestaciones culturales que hacen que Barquisimeto sea la Ciudad Musical de Venezuela», asegura.& ;
Nery Johnson ha recibido cientos de reconocimientos de diferentes organizaciones y grupos culturales, entre los que destaca el Club Los Leones Barquisimeto en 1975, Ídolo de Plata en 1976, Orden al Mérito al Trabajo en Primera Clase en 2007, declarada Patrimonio Cultural Venezolano por el Ministerio de Cultura en 2005, entre otros que se suman a su amplio currículo.
Johnson, aunque se profesionalizó en las danzas tradicionales, asegura que también se formó en ballet y algunas danzas modernas, debido a que para la época, por su color de piel, no era seleccionada para participar entre los grupos para las presentaciones a nivel nacional.
«Me especialicé en las danzas tradicionales, porque para ese tiempo a la gente de color no la utilizaban, podía saber de ballet clásico y hacer todas las figuras y aún así no me tomaban en cuenta, es por eso que me especialicé en las otras danzas», asegura.& ;
La maestra de danza es un ícono en la cultura larense, tanto así que su rostro está siendo pintado en las bases del elevado del monumento El Obelisco, donde estarán otros larenses.& ;
Descendencia cultural& ;
Nery cuenta que le ha instruido y enseñado a sus tres hijos el amor por la danza y la cultura, y algunos de ellos son maestros, cultores, como lo es el caso de su hijo William Marcelo Johnson, quien ahora tiene un espacio cultural llamado «Chinchorro Cultural«.
«Por muchos años mis hijos me han acompañado, a William lo llevaba a todas las manifestaciones culturales a las que asistía porque le gustaba», dice con orgullo.