Con más de dos décadas de retraso, así lo considera el ambientalista, Rubén Hurtado, al precisar un ambiente que de una red de 60 estaciones climatológicas, estiman estén funcionando algunas 15. Eran espacios más cercanos a la población que permitían el monitoreo permanente, considerando la lluvia, temperatura, dirección y velocidad de los vientos, entre otros aspectos que permiten prevenir algún desastre.
«Podríamos estar regresando a los añ;os 50, sin tener seguridad de eventos», expresa de lo importante de considerar el comportamiento de las lluvias, así como los añ;os húmedos, secos o cíclico.
En cuanto al relieve, precisa que no se debe olvidar el peligro de construir en paisajes más susceptibles, especialmente en laderas de montañ;as. Impera el factor de riesgo en altas pendientes. Además, que mientras en geología no puede olvidarse la disposición de las capas y permeabilidad de los suelos para garantía de estabilidad.
«¿;Cómo estamos ocupando el territorio?», deja suelta esta pregunta al referirse a la responsabilidad por la intervención de la mano del hombre, a partir de la deforestación indiscriminada, sembradíos sin planificación y el levantamiento habitacional.
Se atreve a señ;alar como una «fórmula catastrófica» a la violación del estudio climatológico, relieve, geológico y por la intervención humana. «Con estas décadas de ausencia y sin actualización de planes de ordenación quedamos a la buena de Dios, a lo que disponga el Señ;or», lamenta.
Es un temor latente de los expertos, acudiendo a la urgencia de la prevención y sin llegar a tragedias que cobran vidas.
Sin prevención persistirán alarmas de vulnerabilidad
En materia de gestión ambiental es primordial la prevención para evitar desastres. Así considera el ingeniero ambiental, Miyel Rodríguez, desde la identificación de las áreas críticas y pensar en un plan de recuperación hidráulica.
«Lo que mata es la infraestructura y falta de planificación de urbanismos», expresa y comparte un análisis de Abraham Salcedo, del Departamento de Hidrometeorología de la UCV, advirtiendo que al saturarse los suelos fluyen y aumentan con el agua de lluvia, además del mayor volumen en quebradas de manera instantánea. Recuerda que el urbanismo en cuencas bajas subestima estos procesos, terminando como «mesa servida para la tragedia».
El ambientalista, Antonio Chávez, lamenta que no se estén respetando las áreas vulnerables y se tengan poblados en las adyacencias de los ríos. «Las aguas siempre van a reclamar su espacio y no se sienten sanciones a permisos de construcción», reitera en tono de molestia.
Reclama que los abusos en la tala y quema en lo alto de las montañ;as, también influye generando la sedimentación. Al transcurrir el tiempo se va acumulando y termina quitando espacio a los cauces.
Se detiene en el caso de la comunidad Santo Domingo de Barquisimeto, al precisar que invade su llanura aluvial, es decir, ese espacio del río Turbio que se encuentra en sequía. Pero ante la arremetida de este cauce podría llegar a desaparecer a este populoso sector del sureste de la ciudad.
Reitera que si ya se conoce la acción de las ondas tropicales, se exige el seguimiento y acciones de protección antes que se propicie alguna tragedia. También se detiene en el caso de Carora, considerando la amenaza del río Morere, donde se necesita especial atención.
Piden que no se olvide lo inesperado que llega a ser la naturaleza.
Con calma e informarse
Ante un desastre natural la familia debe estar unida, informada y mantener la calma. Esas son las primeras ind