Osman Rojas | LA PRENSA de Lara.- El pasado viernes 14 de junio, el cuerpo de un bebé de apenas dos meses desapareció de la morgue del Antonio María Pineda. Aparentemente, el infante fue preparado y envuelto mientras los padres lo iban a retirar, pero antes que llegaran los padres llegó el camión de desechos en donde, supuestamente, terminó el niño que, al parecer, fue incinerado.
Todo esto demuestra un proceso irregular dentro de la sala patológica del Antonio María Pineda que confirma una sola cosa: falta comunicación y urge mejorar los planes de seguridad del Hospital Central. «Hace casi tres años militarizaron la institución y esa no es la solución. Hace falta mayores controles y sobre todo mejorar la comunicación entre servicios, porque todo este escándalo es perfectamente evitable», dijo el doctor Ruy Medina, exdirector del Hospital Central y exdirector de salud en la región.
René Rivas, presidente del Colegio de Médicos, también declara en el mismo orden de Medina y señala que es necesario mejorar la unidad patológica, pues la mala ubicación del cuerpo se pudo evitar. «Nosotros hacemos un llamado para que en el hospital se inicie la conformación de la comisión técnica para discutir estos temas«, dice.