Osman Rojas | LA PRENSA.- A las 2:00 de la mañana del miércoles 20 de julio, Fany Barreto, salió de su casa y se fue a hacer la cola en la panificadora Lara, comercio ubicado en la calle 32 con carrera 23. Allí esperó pacientemente a que el local abriera sus puertas pues iba a comprar 35 panes para revenderlos en su casa.
A las 8:00 de la mañana, cuando la panificadora empezó a atender a las personas, la señora Barreto compró, regresó a casa y empezó a vender. “Se vendió de inmediato, a las 6:00 de la tarde ya había vendido la mitad de los panes”, comenta Barreto.
La sorpresa para la comerciante empezó al día siguiente cuando los clientes empezaron a llegar de uno en uno para cambiar el pan porque el que les había vendido, tenía un sabor extraño y en el relleno había algo parecido a pedazos de cucarachas.
“La gente lo devolvió con asco y yo tuve que regresar la plata porque yo misma probé el pan y sabía horrible y tenía mal olor. Era imposible comerse eso”, dice con rabia Barreto, parada frente a la Dirección Regional de Salud.
Luego de que todos los clientes le devolvieran el pan, Barreto se acercó hasta la sede de sanidad para oficializar la denuncia y pedirle a la institución que se haga una inspección exhaustiva a la panificadora; sin embargo, al llegar a la institución, las autoridades le dijeron que esa denuncia la tenía que hacer en la Contraloría Sanitaria, pues ellos ya no reciben esos casos.
Lo que yo quiero es que esto no se repita porque no sólo soy yo, mucha gente resultó afectada por este problema”, concluyó la comerciante.
Todavía Barreto no sabe si la panificadora le devolverá los 29 mil bolívares que invirtió en la compra de panes porque aún no se ha sentado a negociar con la panificadora. La Prensa intentó hablar con Maryori Chávez, contralora nacional en Lara, pero por ninguna vía logró ubicarla.