Luis Montes de Oca |LA PRENSA.- Armar la lochera de un niño para el venidero año escolar ronda entre los 3 mil y 5 mil bolívares diarios. Los altos precios que presentan los alimentos han incrementado el valor de la merienda diaria.
Una arepa rellena con huevo preparada en casa tiene un precio de Bs. mil 600 mientras que un sándwich con jamón y queso tienen un valor de 2 mil bolívares. Diferentes combinaciones pueden llevarse a la escuela pero por más que los padres intenten resolver deben gastar sus churupitos. En comparación al año pasado cuando los representantes debían gastar 3 mil bolívares semanales, ahora esa cantidad la gastan sólo en un día.
Los productos que los padres suelen comprar para armar la lonchera de los chamos van desde una galleta de soda en mil 500 bolívares a una manzana que tiene un valor de Bs. 5 mil.Por propia versión de los representantes se debe tener aproximadamente 80 mil bolívares mensuales destinados para sólo la merienda que los niños deben llevar a las escuelas.
A tan solo tres días de arrancar el año escolar 2017-2018 las madres ya comienzan a prepararse para ver de qué manera se las van a ingeniar para resolver los desayunos y no gastar tanto dinero que luego les pueda hacer falta para las semanas siguientes.
Al menos 6 padres que fueron consultados mencionaron que desde finales del año pasado sus bolsillos comenzaron a sentir el encarecimiento de los alimentos que debían llevar los más pequeños a la escuela. Mary Manzanilla, abuela de tres nietos que se preparan para un nuevo inicio de clases comentó que por la situación económica que atraviesa su familia se les hace cuesta arriba poder darle de comer a los niños y brindarles desayunos completos durante el año escolar. “Yo ayudo a mi hija con la comida para la lonchera, tratamos de resolver con lo que podamos”, dijo.
Representantes aseguran que la preparación de los alimentos también suele complicarse no sólo por los altos precios que presentan los productos sino por la escasez, mencionan que hasta preparar un jugo se dificulta por la falta de azúcar en los establecimientos comerciales, por lo que les toca comprarlos a precios “bachaqueados”.Las cantinas escolares también se han convertido en un contrincante para los representantes que cuando no pueden llevarles la merienda en el bolso a los niños deben descompletar parte de su presupuesto para comprar alimentos que les resuelvan el desayuno.
Las madres no sólo se preparan para poner en práctica la creatividad con la preparación de los alimentos, sino que también activan nuevos ajustes en sus salarios para poder comprar lo esencial para las meriendas y que la plata le
pueda rendir durante el mes completo.
El crecimiento y rendimiento académico también afecta a los infantes que de alguna manera no comen de forma diaria una dieta balanceada, por la falta de dinero.
Representantes temen que en los próximos meses no puedan llevar a los chamos a las instituciones educativas por la falta de alimentos. El año pasado hubo niños que dejaron de ir a las escuelas porque sus padres no tenían dinero para la comida del día, mientras que otros sólo eran enviados para que pudieran comer cuando los programas de alimentación escolar llevaban comida a las instituciones.