Jennifer Orozco | LA PRENSA de Lara – Panaderos se sienten preocupados por bajas ventas. Gremio asegura que han reducido en un 90% sus ganancias diarias durante la pandemia, debido al horario reducido, restricciones sanitarias y falta de dinero de la clientela.
Anzoni Martins, dueño de una panadería en el centro de Barquisimeto, asegura que desde el inicio de la cuarentena ha visto cómo los panes se quedan «fríos» en el mostrador, pues los clientes dejaron de ir a comprar. «Si no hay nada abierto alrededor, si no hay trabajadores, aquí no se vende nada. El fuerte de la panadería eran los trabajadores tomando café en la mañana o a mediodía y los que compraban pan al salir, pero ahora si entran 10 clientes diarios es mucho», explica.
Martins asegura que el horario restringido los priva de recibir más gente, pues sus empleados llegan casi a las 9:00 de la mañana por fallas de transporte público y ya a las 3:00 de la tarde están cerrando para que se puedan ir y llegar a sus casas antes de las 4:00 de la tarde.
Hacia el este, el encargado de una panadería en la avenida Los Leones, explica que lo que más se vende es el pan salado, que desde que comenzó la cuarentena solo hacen la mitad de los panes que habitualmente hacían porque no se les vende, y que sus servicios extras como desayunos y almuerzos se dejaron de servir, representando una baja en sus ganancias.
Al oeste de Barquisimeto, en una panadería de la avenida Rotaria, explican que su fuerte era café servido y dulces, además de su pan salado, pero ahora entre la cuarentena y los cortes de luz en las tardes, los han obligado a cerrar temprano y a dejar de vender sus productos. La panadería ahora está vacía, cuando antes de la pandemia no se daban abasto entre los empleados.
En Pueblo Nuevo, en una panadería de la calle 20, dicen que tuvieron que hacer «cambios», para comenzar a vender otros productos aparte de panes, como productos alimenticios y chucherías, para aumentar las ventas y resolver el salario de los empleados.
Clientes aseguran que compran pan salado en la mañana para resolver y pan dulce cuando se puede, pues también los costos son altos. Aseguran preferir comprar una harina de maíz que les rinde más que el pan para el desayuno, dejando a las panaderías vacías y sin ventas diarias.
«Regalan» el pan dulce& ;
«La gente ya no lleva pan dulce», expresó Diego Dos Santos, dueño de una panadería al oeste de Barquisimeto, quien, con rostro de tristeza, explicó que el pan azucarado, tipo piñita y otros, han tenido que regalarlo porque se comienzan a dañar en los mostradores.
Dos Santos explica que es más fácil que el pan francés, canilla y campesino se vendan. Aunque están produciendo menos, a veces a la hora del cierre de la panadería quedan unos pocos que se los llevan los mismos empleados. Pero con el pan dulce es distinto, nadie lo quiere.
Roberto Salazar, quien estaba mirando los mostradores de la panadería, aseguró que es mejor comprar el pan salado que acompaña a cualquier comida, que uno dulce que solo sirve de merienda y «no rinde» tanto como el salado, ya sea francés o canilla.
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