Jennifer Orozco | LA PRENSA DE LARA.- Dolor y abandono. Juan González de 61 años fue heladero, pero luego de un accidente que lo dejó lesionado, su vida se paralizó por una bacteria que lo incapacitó para trabajar. Aunque ha pedido ayuda durante 3 años, vive el rechazo a diario y ahora sufre.
González tenía una bicicleta con una cava de helados y vendía sus productos en el centro de Barquisimeto. Todos los días pedaleaba de Cabudare a Barquisimeto y luego de un productivo día, regresaba de la misma manera a su hogar.
Hace 3 años sufrió un accidente, se cayó con todo y bicicleta. Tuvo una fractura abierta en el pie y aunque desconoce cómo o dónde agarró una bacteria, el pie se le está «consumiendo».
«Aunque se ve hinchado, esa bacteria me ha comido hasta el hueso. Eso fue hace 3 años, tuve un yeso y luego comencé a recuperarme. Trate de volver a trabajar, pero cada día me dolía más. Una vez fui al hospital y me dijeron que tenía una bacteria y desde ese momento el pie se me fue hinchando y ahora es cuatro veces más grande de lo que debería», dice González.
El sexagenario, al verse afectado, comenzó a tocar puertas para conseguir una ayuda, en ese momento era para tratarse la bacteria. «Fui dos veces a la gobernación y me hicieron perder el tiempo. Al final a las 6:00 de la tarde me decían que no había ayuda para mi y que la gobernadora no me podía atender, así que me iba más triste de lo que entré», cuenta.
González tomó una decisión, al ver que no tenía más ayuda. Todos los días sube a Barquisimeto y se sienta en la avenida 20 con calle 24, con mucha pena baja su cabeza y extiende la mano, no dice ni una sola palabra, pero la gente sabe que está pidiendo dinero. Esa plata es para poder comer, ya que el sexagenario vive solo en un rancho y debe alimentarse.
Ahora no necesita solo tratamiento si no amputarse el pie izquierdo. «Todos los días vengo con la esperanza de que alguien me ayude. Hay días que el dolor no me deja sentarme por aquí, pero hago mis esfuerzos para venir porque si no, no como», dijo.