Guiomar López | LA PRENSA DE LARA.- Alrededor de 104 pacientes renales serán perjudicados por el cese del servicio de 52 carros y 20 unidades de apoyo que trasladan a centros de diálisis a aquellos más vulnerables sujetos a discapacidad y residenciados en lugares de difícil acceso. Una medida tomada por las dos asociaciones que aún esperan por la audiencia en la gobernación, para que se retomen los beneficios que fueron permanentes durante la gestión de Carmen Meléndez.
Se trata de los traslados complementarios a las rutas de Transbarca para estos pacientes y que en su mayoría son prestados por modelos Chery Orinoco, los cuales se distribuyen en un grupo de 22 unidades fijos y 10 al pendiente para cubrir algunos accidentados. Además de otra asociación con 30 unidades y otros 10 de apoyo en casos de contingencia. Representantes de este sector le ratificaron a los pacientes su disposición para seguir prestando la colaboración del beneficio, pero con el respaldo desde el ejecutivo regional que les garantice la prioridad para surtir combustible.
La preocupación se hizo pública desde el jueves con un video publicado en redes sociales, mostrando el testimonio de angustia de Estefany Querales, quien es una paciente con insuficiencia renal en silla de ruedas y residenciada en Villa Productiva, al oeste de Barquisimeto. Ella alzó su voz pidiendo a las autoridades para que sean atendidas las solicitudes de estos choferes, quienes tenían beneficios en operativos de cambio de aceite, facilidad para adquirir baterías o cauchos, mercados solidarios, despachos de gas doméstico y hasta la cobertura de determinadas atenciones en materia de salud.
«Es lamentable que no sean escuchados», reiteró de la solicitud de audiencia desde el año pasado para que se retomen estas consideraciones permanentes, al tener en cuenta que se trata de una colaboración de conductores responsables con ese compromiso en la puntualidad de los horarios con los pacientes.
A ella se le dificulta incorporarse a la ruta regular de los pacientes renales, porque señala que la misma cubre las principales vías. Le tocaría estar antes de las 5:00 am en la ruta establecida, lo cual se le complica por su discapacidad. Esto también le perjudica a su compañera Julia Colombo, de 81 años, con la misma condición. Su hija Yany Vásquez estaba recogiendo firmas en apoyo a una solución, porque vive en Cabudare y ni siquiera llega a pensar en esos $30 interdiarios para cumplir con sus diálisis. Se trata de un recorrido en ambos extremos, porque Querales vive hacia el oeste y Colombo en Palavecino, pero aun siempre tenían garantizado su traslado en estos carros.
Héctor Colmenárez, diputado y titular de la Fundación Amigos del Paciente Renal (Fundaprel), confirma que solicitarán la atención del gobernador, Adolfo Pereira y que desde el Consejo Legislativo de Lara (CLEL), sirvan de enlace para solventar esta situación. Además de la posibilidad de reprogramar ese recorrido de las 5 rutas fijas, las cuales están fijadas desde los diversos puntos estratégicos.
«No se puede abandonar al paciente renal y mucho menos a estos vulnerables que tienen más dificultad por vivir en sectores alejados del centro», recalcó y reconoció esa entrega que han tenido los conductores hasta ganarse cierta familiaridad con los usuarios. Es un compromiso que ha sido fijo.