Isabella Delgado | LA PRENSA.- En el comedor del núcleo Tarabana de la Universidad Central Lisandro Alvarado (UCLA) ayer no hubo carne, ni pollo, ni pescado. Los estudiantes sólo comieron raciones pequeñas de pasta y caraotas, un puñito de ensalada y una naranja y no se sabe cuándo el menú volverá a la normalidad.
El robo de alimentos registrados la semana pasada es uno de los dos factores que incide en la falta. En la madrugada del miércoles pasado unos antisociales ingresaron al comedor y se llevaron un cargamento de comida, que incluía cinco sacos de pollos, seis perniles y 11 bultos de pasta. Kelyn Soteldo, presidente del Centro de Estudiantes del Decanato de Veterinaria, detalló que parte de los proteicos pertenecía al núcleo de El Tocuyo y otra parte al de Tarabana. Ante el robo, lo poco que quedó fue dividido entre ambos núcleos.
La falta se ve acentuada por un retraso en la distribución de proteicos por parte del Ministerio de Educación Superior. “Como lo que quedó fue dividido, nos quedó menos días de proteico. Se suponía que el jueves debía llegar una distribución. La información que manejamos es que los cambios ministeriales han tenido un retraso burocrático”, explicó el estudiante.
Con el mismo escenario está el núcleo Obelisco, aseguró la vicerrectora académica Nelly Velázquez. “Estamos en comunicación con el viceministerio. Nos aseguraron que estamos como prioridad, pero no nos detallaron cuándo van a hacer el envío”.
Aunque contar con un menú balanceado en las universidades es un derecho ganado con mucho esfuerzo, para estudiantes como Fernanda Torres no es una razón para pensar siquiera en paro de actividades académicas como medida de protesta: “Hemos perdido demasiado tiempo. Hay que buscar otras formas”.
Marco Franco, otro estudiante de Medicina Veterinaria consultado, coincide en la imposibilidad de pensar en paro, pero resalta que las porciones son pequeñas sin las proteínas y algunos estudiantes, como él, a menudo quedan con hambre.
Para Ricardo Marco, miembro del Centro de Estudiantes de Agronomía y del colectivo Ren 28, es necesario también investigar los robos dentro de las universidades, tanto de comida y bienes e insumos como a los perpetrados a estudiantes y personal.
Exhorta a las autoridades a meter el ojo a reforzar los labores de vigilancia.