Osman Rojas | LA PRENSA.- Cada tres horas un paciente crónico muere en los hospitales del estado. La escasez de medicamentos en los centros públicos, la ausencia casi total de equipos especializados en las emergencias e incluso, la falta de personal médico, son factores determinantes que explican el alza en los números de mortalidad.
Según los datos recaudados por el diario La Prensa, a las salas patológicas de la entidad ingresan, en promedio, diez cuerpos por día. De esos muertos ocho son por causas naturales mientras que los otros dos se reparten entre accidentes y asesinatos.
Ruy Medina, director sectorial de Salud en el estado explica que la falta de medicinas en las calles y en los hospitales imposibilita la recuperación de los enfermos. El especialista dijo que él ha visto cómo los pacientes se complican por patologías que, hasta hace un par de años, eran tratables en las emergencias.
“No tenemos nada para hacerle frente a enfermedades crónicas. Un paciente que entra en coma diabético, que sufra del corazón o que necesite alguna intervención quirúrgica puede morir en la espera”, lamentó.
Jesús Guarecuco, presidente de la Sociedad de Médicos Internos y Residentes del Hospital Central, (Somir), comparte la opinión de Medina y asegura que a los médicos les toca ver morir a los enfermos por la falta de insumos en los anaqueles.
“Si alguien necesita una operación nosotros tenemos que ver de dónde sacamos el relajante muscular o la anestesia. Debemos pedirle a los familiares que corran y hagan el milagro para intentar salvarlo”, comenta.
El incumplimiento de cualquier tratamiento para pacientes crónicos es mortal. Los especialistas han denunciado infinidad de veces esta situación argumentando que la vida de los venezolanos se está acortando de forma drástica.
“Un hipertenso que cumpla con su tratamiento de manera religiosa puede vivir como una persona normal durante mucho tiempo, pero un paciente que sufra del corazón y que no tome sus medicamentos es una bomba de tiempo. En la cuarta república veíamos a diabéticos vivir 70 u 80 años, ahora vemos a hombres de 40 o 45 años entrando en coma diabético por falta de insulina”, lamentó Miguel Salas, médico internista.