Guiomar López | LA PRENSA DE LARA.- La acumulación de montones de tierra, como improvisados gaviones. Esa fue la respuesta inmediata de la Alcaldía de Iribarren, ante la emergencia vivida por el colapso de la tanquilla durante las lluvias del fin de semana. Las familias de la calle 14 entre 2 y 3 de Cerritos Blancos II estuvieron inundados. Ese drenaje lleva aproximadamente 6 meses convertido en un megahueco y que las precipitaciones lo transforman en una fuente que supera los 2 metros de altura.
La máquina sólo vino y limpió los sedimentos. Era una capa de varios centímetros de barro, explican los vecinos, quienes no encontraban cómo sacar tanto sedimento. «Las casas más cercanas tuvieron el agua hasta los cuartos. Era un torrente muy alto e incontrolable», lamentó el vecino Pedro Bullones, al recordar que ese inmenso hueco se terminó de reventar ante la fuerza del cauce desde el barrio Bolívar.
Dicha obstrucción está a dos cuadras para terminar de desembocar en la quebrada que lleva al Dren X, pero tiene tanta acumulación de basura que reventó el asfalto y cuando llueve libera toda esa presión hacia la calle. Los habitantes necesitan la solución y no volver a repetir el miedo al sentirse impotentes, con sus casas inundadas.