José Miguel Najul | La Prensa.- Hace un mes, los habitantes de Agua Viva ya habían trancado la entrada a la parroquia. Después del conflicto, las autoridades de Pdvsa Gas les prometieron que cada 15 días iría el camión. Pasó ese lapso, corrían las jornadas y seguían en las mismas, hasta que ayer, reventaron de furia; volvieron a trancar en el mismo punto.
La convocatoria se realizó por mensaje de texto. Quienes habían protestado en la ocasión anterior, estaban padeciendo colectivamente las mismas penurias, y la respuesta fue espontánea: hicieron una barricada con los cilindros vacíos y se sentaron sobre ellos.
Miguel Martínez, habitante de la zona, señala que son miles de personas las afectadas por las fallas en la distribución de este servicio.
Algunos manifestantes aprovecharon para reclamar que, en lugar de entregarles las bombonas a las comunidades, que son quienes están en la planificación, los conductores del camión se desvían hacia otras zonas cercanas, con el propósito de expenderlas a los “bachaqueros”.
Por eso, quienes se han desesperado con la situación, han tenido que pagar entre 400 y 800 bolívares por una bombona pequeña, cuando se precio original no debe sobrepasar los 20.
Fuerte caos
Durante toda la mañana imperó el desorden en el flujo vehicular. Quienes subían o bajaban específicamente para la parroquia Agua Viva se limitaron a apostarse con resignación en plena vía, esperando que los habitantes levantaran la manifestación.
Quienes conocían otros caminos o se dirigían hacia Tarabana, giraron en la redoma de Agua Viva, y tomaron otra vía, soslayando el caos y la desesperación que se había generado con el bloqueo vial.