En un acto cargado de historia y celebración, el Parque Ayacucho fue reinaugurado la tarde de este 30 de diciembre, enmarcados en el bicentenario de la Batalla de Ayacucho, una de las más importantes de la independencia latinoamericana. Este emblemático lugar, que data de 1933, ha sido completamente restaurado y modernizado, ofreciendo a los barquisimetanos un lugar de recreación y esparcimiento renovado.
La obra, ejecutada por el Ejecutivo Nacional, incluyó la recuperación integral del sistema de alumbrado público, la adecuación de un parque infantil y la construcción de un refrescante parque acuático. Asimismo, se realizaron trabajos de paisajismo en las áreas verdes y se instaló un pozo autónomo con una capacidad de 10.000 litros, garantizando así el suministro de agua para el mantenimiento del parque.
La entrega de la recuperación del Parque Ayacucho estuvo a cargo de la vicepresidente de la república Delcy Rodriguez quien sostuvo que «En nombre del Presidente Nicolás Maduro, desde nuestra querida ciudad de Barquisimeto, en el estado Lara, entregamos el Parque Ayacucho, que ha sido rehabilitado, recuperado y renovado integralmente para el disfrute y el esparcimiento de toda la familia larense».
Este majestuoso Parque centenario rinde homenaje a la gesta heroica del Gran Mariscal Antonio José de Sucre en la Batalla de Ayacucho, donde la independencia suramericana del colonialismo español quedó definitivamente sellada, para siempre. El pueblo de Barquisimeto, sus niños y niñas, reciben con felicidad esta obra de gran significado urbanístico, histórico y simbólico, que enaltece nuestro irrenunciable destino como país soberano e independiente».
Un regalo para la ciudad, eso fue el parque Ayacucho
El parque Ayacucho fue un regalo monumental con motivo de los 25 años en el poder de Juan Vicente Gómez. No solamente se aseguró el estilo arquitectónico francés, sino que se cuidó la calidad de sus materiales, piezas de lujo como fuentes de mármol de carrara y estatuas. El general, Eustoquio Gómez, era el presidente de Lara en ese momento y siempre confiaba este tipo de obras al reconocido Coultrox.
Se interesaba en transformar a Barquisimeto, tal como su primo, el jefe de Estado, Juan Vicente Gómez, quien estaba interviniendo a Maracay. Eran evidentes las aspiraciones de ser su sucesor como primer mandatario del país.
Se garantizó el material desde Alemania, Italia y otros países europeos. Se estaba a punto de consolidar el desarrollo del oeste de la ciudad que sentó las bases de la organización urbanística que llamaban Bella Vista, debido a su perfecta ubicación para contemplar los matices de los atardeceres, cargados de crepúsculos.
Eustoquio Gómez sí se decidió a sacar provecho de este terreno. Antes, en 1924 el general Rafael María Velasco, entonces presidente de Lara, pretendía levantar allí un monumento al Campo de Carabobo, pero no pasó de poner la primera piedra en un sencillo acto protocolar. Así lo refiere el costumbrista, Iván Brito López, quien agrega que el espacio era utilizado para actividades deportivas de los alumnos del Colegio La Salle, así como ejercicios militares de los reclutas del batallón Piar del viejo cuartel de Barquisimeto.