Ana Uzcátegui | LA PRENSA DE LARA.-& ;Los aplausos retumbaron en el auditorio Ambrosio Oropeza de la UCLA por más de dos minutos, el 4 de julio de 2013. Eran unos 90 egresados de medicina y aproximadamente 270 familiares de estudiantes, quienes vitoreaban de pie al joven Guillermo Bervíns, mientras era llevado por su madre y hermanas al frente del recinto, tras ser llamado por el rector Francesco Leone (ya fallecido), y por el secretario general de esta academia, para conferirle el título de médico cirujano, con mención honorífica de Cum Laude.& ;
El ambiente era mágico, por tanta energía positiva y admiración por tal proeza. Muchos tenían la piel erizada, los ojos llenos de lágrimas y el corazón conmovido. Estaban siendo testigos en un acto solemne de un hito para Venezuela: ver a un joven que a pesar de estar claustrado a una silla de ruedas y con ínfima movilidad corporal, pudo vencer las barreras y hacer su sueño realidad de culminar su carrera.& ;
Si Jesús tuvo un plan para un ciego, como dice la Biblia, también tenía un plan para Bervíns, y era demostrarle al mundo que cuando todo está en contra, hay algo que nos puede motivar a no darnos por vencidos.
«Yo soy un hombre muy sentimental. Por eso faltando días para el acto de grado hablé con Dios, además de agradecerle le dije: hazme un favorcito Dios, que no llore en ese momento en que le vaya a entregar la medalla a mí hijo. Pero en la medida que se acercaba el día yo veía que eso iba a ser muy difícil. Entonces ya cuando faltaban horas para el acto, yo le dije a Dios: déjalo así, olvídalo, concéntrate en otra cosa, porque yo sé que el no llorar va a ser imposible», confesó Rómulo entre risas, mientras recuerda uno de los episodios más extraordinarios que ha vivido.& ;
Fueron minutos que resumían tantos años de rehabilitación con una recuperación lenta, pero movida por la fe. Era Guillermo teniendo esa mirada brillante y que se alimentaba de la ansiedad por cumplir su misión de servir a la salud.
Lo que le pasó a Guillermo le transformó la vida a toda la familia Bervíns. Fue un antes y un después. El sentimiento de gratitud floreció entre ellos y comenzaron a vivir cada proceso y etapa de recuperación del joven médico con mayor intensidad y espiritualidad, sin preocuparse mucho por el futuro, viviendo el presente y regocijados en que el Dios todo poderoso, estaba actuando a su favor.& ;
Al culminar la ceremonia el lugar fue una celebración, los amigos que cursaron el último año de medicina con Guillermo se acercaron a abrazarlo y a manifestarles sus mensajes de cariño y agradecimiento. Habían aprendido con su ejemplo a afrontar los problemas de una manera diferente.& ;
«Nunca vimos a Guillermo triste durante el sexto año de medicina que era muy sacrificado, de leer muchos libros, dormir poco, de mucho agotamiento físico y mental, porque eran las pasantías en ambulatorios, el año rural y emergencias hospitalarias. La verdad que siempre lo vimos con muy buena actitud ante todo, muy positivo, y sobre todo una mentalidad de seguir siempre adelante y eso nos inspiró a muchos. No vimos nunca una persona con limitaciones, siempre vimos a un amigo que avanzaba en todo momento», manifestó el doctor Johatson Freytez Tovar, ginecólogo oncólogo y uno de los mejores amigos de Bervíns.& ;
Sin pausa
Tan sólo un mes después de recibir su título universitario, Guillermo solicitó a la UCLA la posibilidad de poder dar clases en el decanato de Ciencias de la Salud, ya que era algo que hacía desde el 2004 y que lo llenaba de pasión, el poder ayudar a jóvenes bachilleres con vocación a la medicina a comprender las primeras materias que se cursan en el pensum. La respuesta de esta academia fue inmediata, lo contrataron para enseñar biología celular y molecular del preuniversitario, y aprendizaje basado en procesos para el primer semestre de medicina.
«Posteriormente continué con la organización de Abimed, una academia que había creado cuando tenía año y medio estudiando medicina, donde damos cursos preparatorios de cuatro meses, en las materias del primer año de medicina. Entonces adaptamos un área aquí en mi casa«, precisó el joven Bervíns, quien contabiliza más de 3000 jóvenes que han aprendido en su academia.
A Guillermo no lo detuvo ni la pandemia, en el 2020 dejó de dar clases presenciales en su casa y adaptó los cursos de Abimed a modalidad online. Las personas pueden ubicar esta plataforma en cursosabimed.net donde se detalla que enseñan biología celular, molecular, premedicina 1 y 2, anatomía básica, epidemiología, salud, investigación en salud, química, entre otras. Un equipo de 10 personas lo acompañan, entre docentes universitarios, personal administrativo, diseñadores y editores. Esto le ha ayudado a expandir sus conocimientos por el mundo. Actualmente están activos 180 alumnos, de los cuales 80 están en Barquisimeto y 100 toman los cursos desde 13 países de Latinoamérica y Estados Unidos, su meta es seguir creciendo.& ;
Bervíns es sereno al conversar, es muy preciso en lo que dice y transmite mucha calma y buena vibra. Afirma que cada mañana se despierta temprano y luego de tomar su desayuno comienza a darle las directrices a su equipo de trabajo en Abimed. Luego se prepara a dar clases presenciales en su casa o va a la universidad en un carro que han adaptado para él, a atender a sus estudiantes.& ;
Según comenta el decano José Francisco Guirnaldos, Guillermo es muy cercano a sus alumnos, se gana el cariño fácilmente y su admiración, porque es muy inteligente, es accesible, transmite mucho contenido porque las materias que da son muy densas, pero lo hace tan organizadamente que se hacen fáciles de comprender para los estudiantes. Personas que han sido enseñados por él afirman que ante cada pregunta que surgía de sus explicaciones, él les respondía con una sonrisa. Su familia lo sigue ayudando en todo momento, a preparar sus diapositivas, a trasladar los equipos que necesita para enseñar.
Comenta Guillermo que a pesar de su limitación física trata de llevar una vida normal, le gusta ver series, películas, salir a pasear con su familia y amigos, conversar con las personas, jugar ajedrez y seguir aprendiendo cada día. De hecho además de ser médico cirujano, es magíster en Salud Pública de la UCLA y está haciendo un postgrado en Consejería. Para hacer su especialidad y cumplir con el artículo 8 de medicina, que consiste en ejercer por un año su carrera en un centro de salud pública o rural, solicitó a la Gobernación de Lara poder trabajar en la Dirección Regional de Salud, allí estuvo al frente del Programa Ampliado de Inmunizaciones. Su especialidad consiste en saber resolver problemas de salud pública creando políticas para prestar servicios de calidad a la población.& ;
También realizó un Diplomado internacional en estudios de discapacidad, avalado por la Asociación de Naciones Unidas de Venezuela y un diplomado Internacional en Dirección y Planificación Estratégica. Actualmente tiene el propósito de escribir un libro para compartir su historia, cargada del testimonio de valentía y superación de miedos, porque siempre agradeció su propósito de vida. Hoy Imparte conferencias en empresas y en la ciudad, moviendo la fibra de los corazones de la gente, en donde enseña hábitos de confianza, a cómo lograr la autorrealización y no abandonar los sueños.
A sus 37 años su vida ha sido una montaña rusa de situaciones y de emociones, recuerda que es un hombre religioso y no pierde la fe de recuperar su movilidad. «Yo sigo esperando, si viene alguna mejoría adicional en mi cuerpo bienvenido sea. Sino viene, yo no voy a esperar a que venga esa mejoría para tratar de ser feliz, para tratar de continuar. Esa mejoría quizás pueda tardar mucho tiempo, pero yo sé de personas que han tenido una lesión medular y que luego de cinco años, ocho o mucho tiempo después comienzan a recuperarse, a adquirir movilidad. Yo no estoy cerrado a esa idea pero sí estoy convencido de que no puedo amarrar mí felicidad a algo físico porque al final nuestro cuerpo está atado a nuestro ser espiritual, entiéndase como se entienda, alma, espíritu, dependiendo de las creencias de cada quien. El cuerpo envejece, se deteriora y no es más que un medio para nosotros vivir», argumenta.& ;
Todos los días va buscando alternativas para no dejarse vencer por las adversidades. Tiene la suficiente creatividad para llegar a donde quiera y sigue llevando el mensaje que ante cualquier dificultad, de salud, emocional, económica, hay que sostenerse de la mano de Dios, porque sólo él y la convicción de seguir adelante, hace que todo sea posible.& ;