Osman Rojas | LA PRENSA.- Los casos de diarrea severa siguen marcando la pauta en la consulta externa de gastroenterología del Hospital Central. En todo el mes de enero, un total de 75 personas fueron al Antonio María Pineda luego de presentar cuadros diarreicos por más de 48 horas.
En más de una oportunidad, los pacientes presentaban otra sintomatología como la fiebre; sin embargo, los médicos no atribuyen el alza de la diarrea a un virus, sino a la precaria alimentación de las personas.
“La gente está comiendo demasiado mal. Sopa de auyama en la mañana o en la noche o pan en las tres comidas es la dieta de muchos en la actualidad. Todo eso incide en la flora intestinal y el organismo lo rechaza por medio de enfermedades como la diarrea. Cuando un paciente viene con otra enfermedad se debe en el 90 % de los casos a la misma vulnerabilidad del sistema inmunológico por alimentarse mal”, explica una doctora del área de gastroenterología que prefirió no revelar su nombre.
Lo que más preocupa a las autoridades es la escasez de medicamentos que hay para frenar la diarrea. En las farmacias no hay ni Loperan ni Liolactil ni tampoco Enterogermina.
“Lo peligroso de no frenar una diarrea a tiempo es que el paciente se descompensa y se puede complicar. Cuando atendemos casos de diarrea severas nos damos cuenta que durante el transcurso de la enfermedad el paciente no ha tomado nada y se sigue alimentando mal”, dijo la doctora.
Para los médicos, los niños menores de 12 años y los adultos mayores de 60 son, ahora mismo, los más afectados por el virus de la diarrea.