Joelis Sosa | La Prensa-. “Quedé desempleada y comencé a coser, me ha ido muy bien porque las personas ahora prefieren mandar a hacer sus prendas que comprarlas”, dice Yusmary Crespo, quien explica que desde noviembre del año pasado agarró de nuevo este negocio.
Así como a Crespo, a muchas costureras les ha ido muy bien porque el comprar una prenda nueva en la actualidad “resulta muy costoso”.
Los diferentes negocios de telas que se encuentran en la ciudad se ven abarrotadas de clientas, estén o no ofreciendo ofertas. Gihad Mustafá, gerente de El Castillo, afirma que en lo que va de año ha visto que la clientela ha crecido al menos a un 70%.
Amas de casa consultadas confiesan que prefieren mandar a hacer sus piezas, para ahorrarse “una platica”. Andrea Colmenares, quien se encontraba comprando tela para hacerle el uniforme a su hijo, explicó que gastó mil bolívares en telas para mandarle a hacer dos camisas escolares a su hijo; mientras que la obra de mano le saldrá gratis, porque se las hará su abuela que cose.
Al igual que Colmenares otras madres se encontraban comprando tela gabardina para pantalones, explican que uno nuevo en alguna tienda de uniformes no baja de 15 mil bolívares, cuando mandarlo a hacer no pasa de Bs. 6 mil.