Evana Materán Díaz | La Prensa.- Les quedó pequeño. Los buhoneros no encontraron la forma de mantenerse trabajando entre los tres centros comerciales para la economía popular de Barquisimeto (Beco, Bequito II y III). La mayoría no aguantó quedarse entre cuatro paredes, rodeados de fallas en la estructura y sobreviviendo ante la falta de clientes. Decidieron retornar a las calles para poder vender su mercancía.
Los dos centros comerciales están ubicados entre la carrera 19 con calle 28 y el otro en la avenida 20 entre calles 29 y 30. Son parte de un proyecto que se construyó durante la gestión del exgobernador Luis Reyes Reyes y cuando Henri Falcón aún era alcalde del municipio Iribarren. La intención era reubicar a los buhoneros que estaban dispersos en las calles del centro y brindarles un mejor espacio para trabajar pero no se cumplió en un 100%.
El plan detallaba que los centros comerciales tendrían todas las comodidades para los comerciantes y clientes. Podrían gozar de ascensores, aires acondicionados en los pasillos, escaleras eléctricas y ferias de comida pero diez años después se evidencia que las promesas quedaron a medias. “Bequito II” es el único lugar donde hay una sola escalera eléctrica pero esta semana dejó de funcionar por falta de mantenimiento.
En los otros centros comerciales no instalaron escaleras eléctricas aun cuando el proyecto las incluía, además los aires acondicionados no sirven en todas las áreas. En las ferias de comida se observan entre siete y 10 locales cerrados.
Según el proyecto cada centro comercial debería funcionar bajo un condominio que se encargue del orden y cumplimiento de las normativas.
La realidad demuestra que existen esos administradores pero que el cobro de una tarifa mínima que varía entre los 4 mil y 47 mil bolívares, dependiendo de los metros de cada establecimiento, no ayuda a mantener la estructura de los centros comerciales. Además se suma la morosidad de los propietarios.
La vicepresidenta de “Bequito II”, Zuleida Camacho, comentó que el ritmo de trabajo de los comerciantes que pertenecen a este centro comercial no permite fijar un tarifa de condominio acorde a la situación económica del país.
“Lo recaudado alcanza sólo para comprar productos de limpieza”, expresó Camacho desde su oficina. Lamentó que ni siquiera pueden pintar las paredes, comprar lámparas para la iluminación de los pasillos o reparar los aires acondicionados dañados.
La decadencia de los centro comerciales también se observa en la cantidad de locales con las santamarías abajo. En “Bequito III”, un vendedor comentó que muchos compañeros han salido a las calles y por ello no siguieron trabajando en esas instalaciones. La soledad además se apodera de esos espacios ante la falta de clientes.
Los comerciantes que se quedaron en los locales armaron su propio horario. Algunos inician a trabajar a las 9:00 de la mañana y cierran al mediodía para no tener que gastar en el almuerzo. Otros deciden trabajar en la tarde y hasta que vean movimiento de clientes.
El presidente de condominio de “Beco” no quiso ofrecer declaraciones sobre el estado en que se encuentra este centro comercial. En “Bequito III” ni siquiera se encontró a la encargada pero en ambos sitios los comerciantes anhelan que todo mejore.