Joelis Sosa | LA PRENSA.- Cansada de pagar a diario 800 bolívares, así se encuentra Franyelin Salazar, quien le cancela esta cantidad al “rapidito” que la lleva desde la avenida Vargas hasta su casa ubicada en la comunidad La Paz, luego de salir de su trabajo a las 6:30 pm.
“Esa tarifa es una grosería. Pero mientras no haya un control seguiremos en la misma situación”, dice molesta Salazar, quien explica que a veces hay unos choferes más conscientes y cobran entre 600 y 700 bolívares, pero esta tarifa sigue siendo exagerada porque está pagando cuatro veces más el precio correspondiente ya que según la Gaceta Municipal del 28/11/2016 el pasaje para este recorrido en una unidad menor a 9 puestos es de Bs. 150.
Como Salazar se encuentran muchos guaros, quienes no entienden el descontrol de pasaje que tienen los rapiditeros. “Los choferes cobran lo que le parece. No tienen una tarifa fija”, cuenta Petra Alvarado, que explica que a veces le cobran 200, otros días 300 y cuando corre con suerte paga los 140 bolívares estipulados por la gaceta.
Las zonas más afectadas por este descontrol son el norte y oeste, donde la mayoría de los transportes que trabajan son los llamados “piratas”, que no están registrados ante la Autoridad Metropolitana de Transporte Terrestre (AMTT) y hacen recorridos indebidos y cobros exagerados.
Este escenario no sólo se ve en los carros menores a 9 puestos. “Los ruteros también hacen de la suya, los que van hacia el norte quieren cobrar hasta 200 bolívares desde el centro comercial Cosmos hasta San Jacinto. Como si nosotros fuéramos a Tamaca”, rezonga Jesús Molina, mientras espera un ruta que no sea pirata en la parada de Metrópolis.
En las paradas donde las personas hacen colas para agarrar rapiditos llegan estás llamadas “piratas”. Aparecen como fantasmas, muchos se montan mientras que otros prefieren esperar sus líneas por mayor seguridad. Este panorama se ve mucho durante las noches en las paradas de la avenida Vargas.
Estos aprovechan el desespero de las personas por querer irse. La inseguridad, el cansancio, el llevar niños consigo y otros factores son los que obligan a los usuarios a pagar la cantidad que estos choferes les exijan.