William Croes A. | LA PRENSA.- Buhoneros pudieran volver a instalar sus tarantines en la avenida Rómulo Gallegos. La negativa de una prórroga durante la temporada navideña por parte del alcalde Alfredo Ramos y la falta de cumplimiento de los acuerdos en mesas de trabajo desataron la molestia de los más de 400 trabajadores que amenazaron con volver a convertir la calle 42 en un mercado itinerante.
Ayer, la avenida 42 desde la carrera 24 hasta la 20 amaneció trancada. Los buhoneros colocaron ramas secas, piedras y estructuras metálicas en ambos sentidos de la calle para obstaculizar el paso y manifestar su descontento porque temen pasar la última temporada del año sin un espacio para vender su mercancía.
Los comerciantes informales que fueron despejados hace seis meses atrás por la alcaldía manifestaron que cumplieron con todos los requisitos que les pidieron para una prórroga hasta principios de 2017. “Jugaron con nosotros, le otorgaron permisos a los buhoneros de la avenida 20 y 21, y a nosotros nos los negaron. No hay comerciantes de primera y de segunda. Todos somos iguales”, expresa Henry Zabaleta, uno de los líderes entre el comercio informal.
Luego del despeje que desató una ola de protestas por parte de los informales el caso pasó a manos del Tribunal Supremo de Justicia que acordó que ambas partes sostuvieran una mesa de trabajo y ordenó a la alcaldía una pronta reubicación de los más de 400 comerciantes.
“Han reubicado a menos de 100 comerciantes. Quieren que haya una lucha pueblo contra pueblo por unos puestos que no cumplen ni las medidas necesarias”, expresa Elena Rodríguez, vocera y representante de un sector de la avenida 42 que está resteado a tomar de nuevo la calle.