¡Tierra buena industriosa y fecunda, de alto emblema, nobleza y lealtad. Con el lauro y el bronce en que abunda, dio a la patria su estable heredad!, así describe al municipio Iribarren Alberto Aguirre Rojas, autor de la letra del himno de esta jurisdicción, en uno de sus párrafo que es aplicable a Barquisimeto, ciudad que arriba a sus 472 años y se caracteriza por tener un potencial económico y por estar en una encrucijada que le ha permitido desarrollarse desde el punto de vista comercial y cultural.
Su ubicación le permitió a Barquisimeto posicionarse entre las más importantes de Venezuela y en especial cuando el presidente, Raimundo Andueza Palacio, el 18 de enero de 1891 inauguró el segundo tramo del ferrocarril Simón Bolívar que iba desde El Hacha (cerca de Aroa, estado Yaracuy) hasta Barquisimeto, estación que estuvo ubicada, según Carlos Guerra, cronista y miembro del Consejo Consultivo de la Ciudad de Barquisimeto (CCCB), en lo que hoy es la esquina de la avenida Venezuela con calle 30, en las adyacencias de la Catedral Metropolitana.
Desde entonces, a Barquisimeto todo llegaba por el tren, convirtiendo a la ciudad en un emblema de desarrollo, generando empleos, negocios e importaciones, porque mucho de lo traído del extranjero llegaba a Barquisimeto gracias al enlace de la vía férrea con las costas de Falcón y Carabobo. Muestra de ello son las esculturas que aún quedan en el Cementerio Bella Vista provenientes de Italia. También la estatua ecuestre de la plaza Bolívar, develada el 17 de diciembre de 1930, fecha en la que se conmemoró el centenario de la muerte del Libertador.
Las vías de comunicación permitieron que la ciudad se destacara en el mercadeo de bienes y servicios con un desarrollo y avance sostenido, con la avenida 20, antes conocida como la calle Comercio, que llegó a reunir a los mejores expendedores, la mayoría eran extranjeros alemanes, ingleses y franceses, siendo estos los que se asentaron y convirtieron la calle en un lugar de avance económico y de progreso.
Para Iván Brito, costumbrista de la ciudad, con el tren también llegaron el café, cacao, cueros de chivo y res, todo tipo de enseres de cocina, mobiliario, materiales de ferretería, vajillas, herramientas, fármacos, licores y desde principios del siglo XX enlatados, entre otros insumos provenientes del exterior, principalmente de Europa. Además, firmas comerciales transnacionales como Boulton, Kolster, Blohm, Almacén América, Lindheimer & Cia, Loeb & Cia, The Caribbean Petroleum Company.
Este auge abrió el camino para el desarrollo y el crecimiento de la población, al punto que, para 1970 Barquisimeto tuvo varios bautizos como: la ciudad crepuscular por sus hermosos atardeceres, la ciudad del desarrollo por la rapidez con la que había crecido para esa década, cuando ya había zonas industriales funcionando y otras en construcción. También fue llamada cruce de caminos, capital musical de Venezuela y la ciudad más limpia e iluminada del país.
Barquisimeto se convirtió en receptora no sólo de la mercancía, sino también de personas provenientes de otras latitudes por negocios, situaciones socioeconómicas o bélicas en otros países, lo que para el cronista, Romel Escalona, enseñó al ciudadano a ser hospitalario y gentil, características que hasta la fecha le distinguen. Brito cuenta que el botánico, conservacionista y lexicógrafo, Francisco Tamayo, dijo que “Barquisimeto siempre ha sido una ciudad que ha mantenido sus brazos abiertos para recibir a todo nuevo viajero sin que agote su capacidad de albergue”. Además, asegura que una de las características más resaltantes de la ciudad es que mientras para unos “Barquisimeto es un pueblo con ribetes de ciudad, para otros es una ciudad con ribetes de pueblo, lo que hace que quienes lleguen, indistintamente de donde vengan, se sientan cómodos.
José Vicente Ríos, presidente de la Cámara de Comercio del estado Lara, comenta que el desarrollo comercial de la ciudad ciertamente se fortaleció con la llegada del tren, crecimiento empresarial que se ha logrado mantener a través de los años. Por lo que este gremio tiene previsto proponer convertir el eje Iribarren – Palavecino en “zona económica especial”, debido a que ya cuenta con la estructura necesaria que incluye aduana principal, puerto seco, Empresa de Comercio Exterior de Lara (Encoex) y el Aeropuerto Internacional “Jacinto Lara” con su respectiva aduana, para promover aún más el auge del sector en Barquisimeto.
Esa receptividad hacia los visitantes que han llegado por años, ha permitido que el barquisimetano se enriquezca culturalmente, de allí su acento pausado y casi neutro; en lo gastronómico, la comida, en especial la caprina, también tiene su influencia libanesa y canaria que desarrollaron en la época a diferencia de Coro, donde también se consume carne ganado caprino, pero no la preparan con la misma sazón. El clima también es un factor muy importante, puede variar entre el frío del páramo a tropical seco.
Historia presente de Barquisimeto
Aunque con el pasar de los años, edificaciones de gran importancia han sufrido modificaciones y otras han desaparecido, aún la ciudad conserva hermosas estructuras que albergan historias y vivencias que identifican a la ciudad crepuscular desde su nacimiento.
Una de ella es la iglesia Inmaculada Concepción, la cual es el templo religioso más antiguo construido en Barquisimeto, paredes entre las cuales la historia se hace presente. Nació como una humilde capilla de bahareque o tapia y techo de paja, con el mismo nombre de Inmaculada Concepción. Con el pasar de los años su edificación fue cambiando. En los terremotos de 1736 y 1812 sufrió daños, pero fue levantada de nuevo en las dos oportunidades. Cuenta Brito que por iniciativa del propio padre José Macario Yépez, con limosnas y diezmos fue restaurada en 1953 y reinaugurada. En ella reposan los restos del padre Yépez.
En la carrera 17 entre calles 22 y 23, justo al lado de la plaza Jacinto Lara está la única casa colonial que resistió el terremoto de 1812, a ella se puede llegar por el camino de piedras, es una edificación que al ingresar por su puerta ancha y alta permite ver el parque San Juan Bautista de La Salle, mejor conocido como la Concha Acústica. En esa casa colonial funciona el Centro de Historia Larense, la Fototeca del estado y la Fundación Sociedad Amigos de Barquisimeto (Fundasab). Anteriormente, esta casa fue la sede del antiguo Convento de San Francisco, en los años 1600. Allí, el 26 de marzo de 1812 se celebró la firma del pronunciamiento del Ayuntamiento de Barquisimeto a favor de la independencia.
El Cuartel General Juan Jacinto Lara, ubicado en la carrera 15 con calle 26, fue diseñado por Roland Coultrox entre los años 1933 y 1934. Antes, en ese lugar estuvo la sede del cabildo local y luego la antigua cárcel de Barquisimeto, esta última fue destruida por el terremoto de 1812. En 1930, el presidente del estado Lara, Eustoquio Gómez, ordena construir allí un edificio más moderno, de concreto armado, con paredes de ladrillo, el cual posee además un zaguán, un patio de armas, corredor perimetral, camino de ronda y un mirador. En la década de 1960 fue sede del Batallón Piar del Ejército de Venezuela, sede del Instituto de Previsión Social de la Fuerza Armada (Ipsfa). Alrededor del año 2007 fue remodelado y acondicionado para ser sede del Decanato de la Facultad de Humanidades y Arte de la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado y del Instituto Municipal de Cultura y Arte (IMCA) y el Instituto Municipal de Educación (IME). La sede del primer hospital de Barquisimeto llamado “La Caridad” fue construido entre 1878 y 1917 con un diseño neoclásico, ejecutado por el arquitecto, Justo Rosenberg. Comenzó a funcionar cuando sólo se había construido la mitad de la obra. Hoy es la sede del Museo de Barquisimeto. Su capilla San Miguel es idónea para recitales y musicales. Sus amplios corredores y patio central han sido escenario para cuentacuentos, títeres, clases de pintura, música y demás actividades culturales.
Para 1933, Rosenberg también asumió la responsabilidad de diseñar el Parque Ayacucho, ubicado en las carreras 16 y 14 entre calles 43 y 41, en conmemoración del centenario de la Batalla de Ayacucho, el cual fue inaugurado el 19 de diciembre de 1933. Entre las especificaciones del presidente del estado Lara, general Eustoquio Gómez, en 1930, estaba que debían incorporar cuatro manzanas, razón por la cual los vehículos pueden transitar por dentro del parque y rodear la escultura central que evoca la Batalla de Ayacucho. Para la época fue una de las plazas más grandes de Latinoamérica, el general pidió que se sembraran 120 especies de plantas, árboles canadienses y australianos, eucaliptos, pinos de distintas especies y además de cinco tipos de plantas autóctonas.
Los monumentos de la ciudad siempre tienen una historia que contar, un motivo por el cual fueron edificados, que con el pasar de los años pasan a ser íconos representativos, como el Obelisco de Barquisimeto que fue el regalo a la ciudad en sus 400 años por parte del presidente, Marcos Pérez Jiménez. Es una estructura de 75 metros de alto con un mirador, al cual se podía acceder por un ascensor o escaleras, tiene un reloj que daba la hora y se podía visualizar desde varios lugares de la ciudad. Aunque en la actualidad ni el mirador ni el reloj están en funcionamiento, el Obelisco sigue siendo un referente de Barquisimeto que recibe y despide a los visitantes que pasan por la avenida Libertador.
De la misma forma, la Catedral de Barquisimeto es una infraestructura moderna que destaca entre las obras religiosas del país, fue inaugurada en 1968 y diseñada por el arquitecto, Jahn Bergkamp, tardó 15 años en construirse. Tiene forma de paraboloide hiperbólico, que para muchos es como una flor invertida de cuatro pétalos. En la parte interna tiene cuatro alas con asientos para que los feligreses puedan escuchar las misas y en el espacio posterior una capilla más pequeña para adorar al Santísimo.