El Guaro Mirón | LA PRENSA.- Aprovechar los días de carnaval para escaparse a la playita o al río será un lujo que definitivamente muy pocos podrán darse este año y entre esos incluyan a este humilde servidor que además le tocará trabajar para esa fecha.
En épocas de bonanza uno cuadraba desde el viernes hasta el martes en una posada, hotel o resort, con todas las comidas y bebidas incluidas, además hasta con “Firulay”, el perro de la familia, pero ahora con esta crisis lo que sale es “punto fijo” y “playa seca”, es decir, cada quien en su casita.
Como estuve un poco deprimido por el tema, agarré mi lapicero y libreta y me fui a conversar con mis fieles lectores para saber qué planean hacer y ver si alguno me
invita aunque sea a una parrilla de huesos.
Entre mis panas me conseguí a Jeisel, quien descansaba en la plaza San José y me contó que sólo planean visitar los parques turísticos de la ciudad y aprovechar las piscinas para refrescarse en esos días calurosos.
Aunque esos lugares tampoco es que son tan económicos porque piden consumir todo dentro de las instalaciones. Para mi buena amiga Rossy, la mejor opción es visitar lugares cercanos como Cubiro, ya que podría ser ida y vuelta y no es tan costoso como ir a la playita, sin embargo igual hay que desembolsillar en el almuerzo o cuadrar llevarse la comida de la casa. En esas charlas recordé cuando me iba con mis panas de mochilero a Tucacas, con una bolsa de panes rellenos con atún, tomate y mayonesa, un refresco grande y llegaba uno con platica en los bolsillos.
Pero saquen la cuenta, si el pasaje para allá está en 2 mil 500 bolívares en carrito, conseguir pan es una odisea que deja calvo a más de uno, la lata de atún grande cuesta casi los 6 mil bolos, la mayonesa 5 mil bachaqueada, los tomates hasta 1 mil el kilo y un refresco de 2 litros alcanza hasta los 4 mil bolívares, facilíto se va una quincena y eso en 1 solo día.