Agencias | LA PRENSA DE LARA.- Un estudio genético con 302 perros salvajes de la Zona de Exclusión de Chernóbil (ZEC) ha identificado poblaciones caninas genéticamente distintas entre sí y de perros de otros lugares del mundo.
El estudio sostiene que «la singular diversidad genética de estos perros» los convierte en «candidatos ideales» para futuros estudios destinados a comprender los efectos genéticos a largo plazo de los entornos altamente radiactivos sobre la salud de las poblaciones de grandes mamíferos.
La investigación, cuyos detalles se publican este viernes en Science Advances, ha sido dirigida por Gabriella Spatola y Elaine Ostrander, del National Human Genome Research Institute de la Universidad de Carolina del Sur.
Poco después de que en abril de 1986 se produjera en Chernóbil la mayor catástrofe nuclear de la historia, el gobierno soviético ordenó evacuar la zona que rodea a la central nuclear (CNPP) y sacrificar a los animales domésticos.
La ZEC fue dividida en cuatro zonas concéntricas. De ellas, la cuarta (la más cercana a la central y la más peligrosa) tiene un radio de 30 kilómetros.
Con los añ;os, la falta de humanos favoreció el retorno de la vida silvestre y la presencia de animales salvajes, algunos de ellos, como los perros, descendientes de los animales domésticos que quedaron allí.
Algunos estudios han analizado los efectos genéticos de la exposición a la radiación ionizante (se sabe que eleva las tasas de mutación genética en diversas especies de plantas y animales), pero sigue sin estar claro cómo puede afectar a poblaciones de animales grandes como los perros.
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