Daniela Valladares| LA PRENSA.- La tranquilidad de 220 familias en el sector Manuelita Sáenz del Tereque, en el municipio Palavecino, se ve perturbada, cuando llueve, por la crecida de la quebrada La Mata. El terreno ha cedido hasta 5 metros en algunas zonas y los vecinos temen quedarse sin hogar en cualquier momento.
Durante la tarde de este martes una pequeña lluvia cayó en Cabudare y la crecida del agua fue tanta que los vecinos del sector Manuelita Sáenz y Los Mangos quedaron incomunicados. Un tubo negro de aguas blancas sirvió de puente para que los niños que salían de clases pudiesen regresar a sus casas.
“Estamos preocupadas porque el agua baja de la montaña con tanta fuerza que fácilmente se lleva a un niño, nos arriesgamos mucho en pasar este tramo”, cuenta Aleida
González, quien vive en la calle 6 del sector y hasta esa zona llega el agua cuando llueve.
Micaela Zavarce, vecina de la comunidad, relata que la última vez que limpiaron la quebrada fue en el año 2013 con la gestión del alcalde Richard Coroba. A raíz del fuerte aguacero que azotó Palavecino a finales de noviembre del año pasado, la estabilidad de la tierra se debilitó y la única opción es canalizar una de las quebradas más agresivas del municipio.
“El proyecto fue aprobado y construiríamos un cajón de paso, sin embargo se acabaron los recursos y esperamos arrancar nuevamente este año”, confiesa Zavarce refiriéndose a que en Corpolara tienen conocimiento del problema y este año se espera que culminen la obra. Incluso en el fondo de la quebrada todavía se observan restos de los tubos de concreto.
Vecinas aseguran que las autoridades del municipio se olvidaron de El Tereque y sus caseríos. A través de la autogestión y ayudas de otros organismos lograron instalar el servicio de tuberías de aguas blancas y negras.