Daniela Valladares | LA PRENSA.- Nubes de moscas, pañales sucios, restos de comida y envases vacíos de plásticos rodean el módulo policial de La Carucieña, al oeste de la ciudad.
Ya no queda espacio libre sin basura, la hediondez arropa a todo aquel que camine por los alrededores. Resulta que la parte de atrás del módulo se ha convertido en un vertedero popular.
La señora Gladys González se dedicaba desde temprano en las mañanas a entrenar por las caminerías del módulo, pero la fetidez del lugar la alejó por completo.
“Yo iba todas las mañanas a pasar un rato diferente, pero quien puede entrenar con ese olor, es demasiada basura y pudrición”, dijo González. Vecinos denuncian que el aseo pasa esporádicamente, sumado a esto la inconsciencia de algunos residentes foráneos trae como consecuencia la contaminación de la zona.
El espacio fue inaugurado por el gobernador del estado Lara Henri Falcón, para brindarle a la comunidad un área deportiva donde pudieran ejercitarse libremente y a cualquier hora, sin embargo las condiciones están deplorables.
Las montañas de basura se acumulan semanalmente y más debido a un mercado que funciona los días sábados en la comunidad.
“Todo el que viene al mercado lanza la basura allí, ni los comerciantes se encargan de recoger todo el chiquero que hacen aquí”, dijo molesto un vecino quien no quiso revelar su nombre. La presencia de perros callejeros también incrementa los niveles de contaminación porque rompen y riegan la basura por doquier buscando qué comer, por eso la comunidad hizo un llamado a las autoridades competentes para buscarle solución a la problemática, entre ellos salió a relucir la propuesta de instalar grandes contenedores de basura y el compromiso del aseo de pasar con regularidad por el sector.