LA PRENSA DE LARA | Agencias.- En el 2002 el grupo Las Ketchup puso a bailar a más de uno con su «Y aserejé-ja-dejé, de jebe tu de jebere seibiunouva…;» y pocos serán los que no recuerden cómo continuaba aquel estribillo enrevesado, aparentemente imposible, con el que el entonces desconocido trío se popularizó.
«Nos pareció raro, la verdad, y creíamos que lo del estribillo era imposible de cantarlo, pero el mismo día salió adelante», reconocen a Efe las hermanas Muñ;oz, que aunque no aparecen en los créditos, afirman que ayudaron a terminar la estrofa de «No es cosa de brujería».
Fichadas por el sello independiente cordobés Shaketown Music, este se dedicó a presentar un CD del grupo a diversas compañ;ías hasta despertar el interés de Sony Music en Españ;a. Pronto tuvieron noticias de esa multinacional…; desde Miami.
«Ahí ya nos dijeron que era un ‘hit’», comentan las artistas, algo que empezaron a constatar cuando, en medio de la Feria de Mayo de Córdoba, sonó la canción y la gente, loca, se subió a las mesas a bailar sin saber que tenían a dos de sus intérpretes trabajando en la misma caseta.
Número uno en más de 20 países
No habían terminado de grabar el álbum, al que dieron el nombre de «Hijas del tomate» (2002), cuando «Aserejé» explotó en las radios para convertirse en el tema del verano no solo en Españ;a, pues alcanzó el número uno en Alemania, Argentina, Brasil, Canadá, Italia, México o Australia en una época en la que la globalización de internet no funcionaba ni de lejos como en tiempos de «Bailando» o «Despacito».
La coreografía que siempre acompañ;aba esta recreación del viaje psicotrópico de un joven llamado Diego por las discotecas de una ciudad sin nombre fue cosa suya: «La compañ;ía nos pidió que al estribillo le pusiéramos un baile y lo hicimos en un minuto entre todos, algo muy espontáneo».
Más de 20 países coronaron la canción, que se situó en el puesto 100 de las más vendidas de la historia a nivel mundial (de hecho, fue la más vendida de ese añ;o en Francia) y contó con versiones hasta en chino y japonés (que no grabaron Las Ketchup).
«Nos sorprendió mucho, porque fue de la noche a la mañ;ana. Cogíamos aviones como el que coge taxis y hubo un momento en el que en la mesita de noche del hotel yo me tenía que poner: ‘Estoy en tal sitio’ para recordarlo al despertar», rememora Pilar Muñ;oz.
Gira y el amor de Marilyn Manson
Fue una intensísima gira de promoción que les permitió compartir plató por ejemplo con Cindy Crawford o con su ídolo, David Bowie. Ese mismo añ;o participaron en los Europe Music Awards de MTV en Barcelona, en una gala presentada por P. Diddy y que contó entre sus invitados con Coldplay y Kylie Minogue.
«Marilyn Manson se enamoró de Lola en esa gala, pero se volvió loco. Fue a la mesa y, como tenía ese look supertremendo, ella se quedó acongojada», recuerda entre risas Pilar.
La aludida corrobora la historia: «Yo entonces no lo conocía, ni su música ni nada. Él estaba en la puerta del c