Las fallas en el suministro de gas en las estaciones de servicio y su impacto en aproximadamente el 80% de la movilidad obligaron a la sala situacional a establecer un plan de contingencia. Ayer se mantuvieron reunidos en la sede de Fontur y acordaron el suministro de gasolina de acuerdo con la postulación de unidades por cada línea, así como administrar al máximo ese combustible para prestar el servicio durante las horas de mayor afluencia de pasajeros, al principio de la mañana o al final de la tarde.
La finalidad es garantizar la operatividad del servicio de transporte público que desde el viernes ha experimentado irregularidades en el suministro. No obstante, por estas irregularidades fue más limitado este lunes para 2.700 unidades que migraron a gas, de un total de 3.600 en la entidad.
Así lo confirmó César Briceño, presidente del Sindicato Unitario de Trabajadores y Trabajadoras del Transporte Larense (Sutttranslara), en el que los agremiados definen el orden para la asignación del combustible, entendiendo que el gas no alcanzará para la totalidad de los que se surten en las dos estaciones de servicio en la ciudad. «Hay que tratar de mantener la mayor operatividad en la mañana cuando los usuarios van a trabajar y en la tarde, cuando regresan a sus hogares», resalta que desde el viernes se encontraban prevenidos para estas acciones entre los sindicatos de transportistas, Fontur y Autoridad Metropolitana de Transporte y Tránsito (AMTT).
Contingencia en estaciones de servicio
Cuentan con cinco estaciones de servicio de gasolina, ya que sumaron tres para cubrir más unidades: Terminal, Sindical, La Tinaja, Valle Lindo y Barsoke. Y las de gas son: La Pastora y La Sindical, con capacidad para 150 carros al día, pero con deficiencias, debido a la falta de gas en el país.
Transportistas se quejaban por el desgaste físico de esperar hasta más de 24 horas en cola. «A la mayoría apenas nos dejan con 50 metros de gas, lo cual alcanza para las vueltas de un día», se lamentó Smile Alvarado, además de lo lento del proceso.
Para Yalin Durán y Jorge Heredia es difícil pasar a dual porque volver a instalar el sistema a gasolina implica gastar más de $50 y existe el miedo de que el motor sufra daños. Ni siquiera sienten seguridad, luego de hacerle una limpieza exhaustiva al motor.