William Croes | LA PRENSA.- Las arcas de la alcaldía de Iribarren se desangran con el pago de beneficios laborales. Los aumentos de sueldo y del bono de alimentación han comprometido aún más los ingresos por concepto de la recaudación fiscal que, en gran parte, serán utilizados para cancelar las utilidades a los más de 5 mil trabajadores que están en la nómina de la municipalidad.
Alfredo Ramos, alcalde de Iribarren, señala que los rumores de un nuevo ajuste salarial por parte del Ejecutivo nacional achicaría aún más el presupuesto del 2017. Solamente para el pago anual del bono de alimentación, calculado a 42 mil 400 bolívares, se necesitan más de 3 mil 100 millones de bolívares.
“Nicolás Maduro se ha encargado de pulverizar los salarios de los trabajadores y en su jugada política se ha dado a la tarea de dejar a las alcaldías sólo para cumplir el pago de nómina”, expresa Ramos, quien resalta que los 314 millones que recibió del Ejecutivo nacional para el pago de nuevos salarios fue insuficiente y tuvo que utilizar 260 millones a través de créditos adicionales.
Ramos detalla que, este año, no ha solicitado ni un solo crédito para inversión en obras, puesto que todos los recursos solicitados a los concejales es para honrar los compromisos laborales.
Además indica que todas las obras que ha comenzado y terminado se han elaborado con recursos del Plan Operativo Anual (POA) del 2016 a pesar de que la inflación ha golpeado las metas físicas de proyectos esenciales como el de asfaltado.
Ramos usará 600 millones de la recaudación para cancelar aguinaldos.