Cristina Linárez | LA PRENSA.- Para aliviar la sed fuera de casa, los guaros están optando por llevar su botellita que recargan con el vital líquido todas las noches para evitar comprar un agua mineral en la calle, pues sus precios hacen que más de uno se caiga para atrás como Condorito.
“En mi cartera nunca falta un envase de agua que lo lleno en mi casa antes de salir, siempre lo cargo para no gastar más de la cuenta en la calle, ya que con la inflación de los productos uno carga el dinero medido”, dijo Joselyn Cabrera, una joven estudiante universitaria.
Un agua mineral, en su presentación más pequeña, puede llegar a costar 750 bolívares, lo que resulta un gasto constante porque en dos tragos se acaba el recurso hídrico y a la media hora la sed ataca de nuevo.
Bernardo Piña, uno comerciante de la zona centro, dijo que el alto costo del vital líquido lo llevó a solo vender los botellones de 18 litros, cuyo precio al mayor es de 750 bolívares y los vende en mil. “Las botellas de menor cantidad la gente no los compra, porque curiosamente son más costosas que un botellón o tienen un precio muy cercano. Por ejemplo la botella de 600 ml cuesta mil bolos”, dijo.
Sin embargo, comerciantes reportan una caída en las ventas de agua por botellón que en algunos lugares ha llegado al estratosférico precio de mil 800 bolívares.
“Hace algunos meses vendía 100 botellones a la semana, ahora sólo vendo 25”, dice Piña. Quienes compran constantemente los botellones de agua, recorren la ciudad de Barquisimeto para conseguir el lugar donde tenga el precio más económico porque a la semana pueden comprar hasta en tres oportunidades.
“Es increíble, el agua no debería costar tanto. El Gobierno debería regular eso, imagínate yo compro cinco botellones a la semana”, expresó Daniela Mendoza mientras se disponía a pagar por dos botellones de agua.
Frente a estos descomunales precios mucha gente también está optando por recoger agua del grifo y hervirla para matar bacterias y así ahorrarse un dinerito.