Ana León | La Prensa.- Néstor José Montes Cuello (18) estaba caminando por la calle 10 del barrio San José cuando vio a un hombre vestido con un uniforme de softbol y usando su teléfono. Se le acercó y le dijo “dame el celular”. Lo que no sabía era que el hombre que intentaba robar es un inspector del Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas (Cicpc).
El funcionario no se dejó amedrentar y sacó su pistola. Néstor se vio acorralado, se había dado cuenta de su error y salió corriendo hasta la carrera 2 para intentar huir. Atrás de él venía el petejota.
Ambos hombres con armas en mano se enfrentaron y en el tiroteo resultó herido Néstor, quien cayó al piso bocabajo y aún con las pocas fuerzas que le quedaban intentó pararse pero no pudo, pues estaba botando mucha sangre. Néstor había sido herido en la pierna derecha y el abdomen. En el lugar, los vecinos se quedaron resguardándose en sus casas hasta que terminó la balacera. La sorpresa de una habitante fue que al salir, en el suelo frente a la casa vecina, yacía el cuerpo agonizante de Néstor.
“Hubo más de 12 tiros”, decía una de las chamas que vive en el sector cuando le preguntaron qué había ocurrido. Mientras se escondían en la casa, el sonido de las balas era lo único que interrumpía el silencio que reinaba en la cuadra al momento de comenzar el enfrentamiento.
A los pocos minutos del suceso, una comisión del Cicpc se acercó hasta el lugar. Se dieron cuenta que Néstor seguía con vida y lo trasladaron lo más rápido posible hasta el hospital central, pero el chamo llegó sin signos vitales a la emergencia.
En el sitio los petejotas realizaron el levantamiento planimétrico, donde se pudieron ver más de seis conchas de balas y una marca de tiza en la pared de una casa que señalaba dónde había ido a parar uno de los proyectiles que presuntamente pudo haber sido disparado por el inspector.
No es el único
El 16 de febrero unos malandrines se acercaron a un funcionario del Cicpc mientras se encontraba en una parada ubicada en las adyacencias de la universidad Yacambú, en Palavecino. Lo despojaron del teléfono que cargaba, pero los chamos se dieron cuenta de que estaba armado y se enfrentaron. Un joven conocido como Anthony murió en el sitio.