Rafael Piña | LA PRENSA.- El señor Óscar Narváez sale todos los días a las 5 de la madrugada de su casa ubicada en La Paz en la búsqueda de material plástico, bolsas y cartones para venderlos y así tener ingresos para alimentarse. Con su carretilla recorre al menos 50 calles y avenidas de Barquisimeto para llevarlo a la industria de reciclaje y así poder tener un ingreso que le ayude a vivir.
“Yo soy un señor mayor que no tiene ayuda de nadie, mi fiel amiga es mi carretilla porque me lleva a miles de lugares con una sola meta: conseguir plástico. Aguanto lluvia y sustos en la calle, pero todo eso lo hago para comer”, señaló.
Lo que hace Óscar lo repiten muchas personas, en carretillas, bicicletas o motos, que a diario llegan a Industrias y Reciclajes AJRS que se ubica en la zona industrial 1 de Barquisimeto. Allí le compran el plástico a Bs. ocho mil el kilo, aunque también lleva cartón, papel y afines que pueden pagarlo en XX cada kilogramo.
Alfredo González, dueño de una empresa de materiales de reciclaje, informó que actualmente son decenas y decenas de personas que llegan a la empresa vendiendo plástico y ellos en la industria han notado que muchos acuden para conseguir dinero y así poder comer.
“Desde enero las ventas han subido en gran proporción. Muchos vienen por hambre y que no hay un trabajo estable para que las personas mantengan a sus familias”, confesó.
Trabajadores de otra empresa como Reclaplat detallan que antes quienes acudían a vender plástico o cartón eran indigentes, pero ahora ven trabajadores y personas comunes y corrientes ofreciendo el material.
En Reclaplat el método de compra de material es ordenado. Las personas hacen cola desde la mañana para vender lo que tienen recolectado, como el caso José Peña, quien era la primera vez que vendía plástico.
El hombre confesó que limpió su casita en La Carucieña y tenía mucho material de reciclaje y los amigos lo convencieron para que lo vendiera y así hizo, se levantó el viernes y llegó a las 9 de la mañana.
Su sorpresa fue la gran cola que había. Esperó por más de 45 minutos para poder vender su material, pero lo mejor fue ver su sonrisa en la cara porque ganó un dinero extra que no tenía en mente. “Salí de mi casa con el pasaje nada más ahora puedo comprarle un regalito a mi hija con la platica que me dieron, no sabía que lo pagaban tan bien”, mencionó.
La empresa vende el material de la siguiente forma: el kilo de plástico en 8 mil bolívares en efectivo y 15 mil por punto, las bolsas 12 mil en efectivo y 30 mil por punto y cuando ellos pesan el plástico el vendedor está presente para que vea la cifra real del peso obtenido.
Y como el señor Peña hay muchos que tienen material de reciclaje en sus casas llevando agua y sol y arrumados en el patio y pueden tener una entrada extra de dinero.