Johana Alvarado | LA PRENSA.- Luego de la fuerte ola de protestas que se vivieron en el estado Lara en las últimas semanas, desde la planta Jacinto Lara de Pdvsa Gas se dio a conocer por uno de los trabajadores que prefirió no identificarse, que la prioridad es abastecer a las comunidades para que cesen estos focos de molestias en donde hasta los adultos mayores salieron a alzar la voz. Mientras tanto, los apartamentos, centros comerciales, panaderías y restaurantes deberán esperar.
“Si llega otro camión o salimos de esta gente pronto vamos a resolver con los demás, la prioridad es darle respuesta a la gente de la comunidades”, sentenció el hombre mientras caminaba entre las cientos de personas que hacían la cola para comprar su bombona.
Esta medida que, al parecer, se viene aplicando desde hace días ha afectado el servicio en zonas residenciales y edificios ubicados en la Florencio Jiménez y adyacencias de la avenida Rotaria, así como también a los negocios de comida en los centros comerciales. En Metrópolis, por ejemplo, hay varios locales de comida cerrados por gas y la panadería hornea su producción en otro negocio, ubicado fuera del mall.
Sin embargo, la situación no es de maravilla para los vecinos de barriadas, quienes se calan largas colas para poder comprar una bombona.
“¡Ah mundo!, más de un mes tengo que no veo el camioncito del gas, yo no sé para qué uno hace un contrato y los llama para que le lleven el gas si lo que hacen es burlarse de uno”, dijo indignado Édgar Medina, quien salió de su casa por segundo sábado consecutivo a las 4:00 am con la bombona “en el lomo”, ligando que en esta oportunidad sí corriera con suerte en el llenadero de la Zona I.
Usuarios manifestaron sus molestias porque en la planta los tratan de “bachaqueros” porque madrugan a hacer la cola, pero ellos alegan que no es que sean bachaqueros, lo que buscan es evitarlos porque llegan a ofrecer la bombona chiquita hasta en Bs. 40 mil, cuando el precio justo son Bs. 50.
Con menos suerte que otros, Raúl Sibira era la cuarta vez que hacía la cola para la bombona y manifestó entre molestia e indignación que se burlan de ellos porque las respuestas que les dan en muchas oportunidades es que el gas es prioridad para ambulatorios y liceos, pero que ni en escuelas y liceos tienen comida. Alega que para él es un riesgo salir a tempranas horas de su casa sólo porque hasta la misma bombona le pueden robar, pero la necesidad los obliga.
“Lo peor es que viene Semana Santa, y si así normal les cuesta venderle a uno, cómo será en esos días, uno va a tener visita y ni va a tener qué darles”, lamentó Sibira mientras buscaba aprobación entre sus compañeros de la cola a los que decía que no tenía miedo de denunciar porque era una “injusticia” ver cómo los mismos “guardias” desordenaban la cola y “coleaban a todo el que les llegara uniformado”.