Osman Rojas | LA PRENSA de Lara.- Para las fundaciones, ayudar cuesta cada vez más. La galopante inflación que hay en el país y la marcada escasez de medicamentos y alimentos hace que sea bastante cuesta arriba entregar algún tipo de ayuda a los enfermos.
Mireya Salas, integrante de la organización Queremos Ayudarte, explica que en estos momentos es prácticamente imposible poder hacer operativos en las comunidades, pues lo poco que llega es repartido generalmente en hospitales.
«Tratamos de ayudar a las personas con medicamentos, pero muchas veces nosotros no tenemos. Lo que estamos haciendo es decirle a las personas dónde lo puede conseguir porque los contactos nos dicen qué llega a las farmacias», comenta.
Gretna El Alabi, presidenta de la Fundación Madres y Padres por los Niños y Niñas en Venezuela (Mapani) explica que los problemas para entregar ayudas empiezan desde la recaudación, pues a la mayoría de personas en el exterior no les gusta mandar dinero en efectivo sino que prefieren hacer compras en los países donde están para que las fundaciones paguen el envío, pero estas organizaciones no siempre pueden costear estos fletes.
«La gente es muy solidaria, pero a veces no se puede. Hay donaciones que llegan a Caracas y las fundaciones deben pagar el envío y eso cuesta, porque las personas que tienen empresas de envío no prestan la ayuda humanitaria sino que cobran», dice El Alabi.
En los comedores populares también se ven reflejados los problemas para ayudar, pues Frank Alvarado, coordinador del comedor de Cerro Gordo, comenta que cada vez es más difícil poder aplacar el hambre de las personas, pues todo cuesta un ojo de la cara.