Euseglimar González | LA PRENSA de Lara – La enfermedad ha ganado terreno nuevamente en los calabozos de los penales larenses. Veintiséis privados de libertad han muerto en lo que va de año por enfermedades, siendo la tuberculosis una de las más mortales, pues en menos de 72 horas murieron 4 reclusos.
El viernes durante la mañana a Douglas José Carrillo, de 65 años, lo encontraron tirado en el piso dentro de una de las celdas de la Comunidad Penitenciaria Fénix-Lara, sin signos vitales, presentó problemas de salud, aparentemente, padecía de tuberculosis.
Se pudo conocer que Carrillo era de Maracaibo, estado Zulia y fue trasladado hasta el penal en 2015, por el delito de homicidio calificado.
Ese mismo día a César Augusto, de 56 años, lo trasladaron hasta la emergencia del Hospital Central Antonio María Pineda, pero pasado el mediodía murió. Al parecer a consecuencias de la misma enfermedad, tuberculosis.
César estaba detenido en Fénix desde hace un año por el delito de droga, pero sobre él no se obtuvo mayor información.
La tercera víctima de esta enfermedad que afecta los pulmones, fue Luis Yoel Contreras Colmenárez, de 22 años, quien se encontraba preso desde hace dos años en Fénix. LA PRENSA pudo conocer por fuentes policiales, que aparentemente, la noche del miércoles Contreras había manifestado a los custodios y a sus compañeros de celda que se sentía muy mal de salud, por lo que fue llevado hasta emergencia del penal, pero a las 11:00 de la noche tuvo un paro respiratorio y murió.
El cuerpo de Contreras fue trasladado por una comisión del Cicpc desde el penal hasta la morgue del Hospital Central, y presuntamente, se determinó que tenía tuberculosis. Esa misma noche murió un cuarto reclusos, que no ha sido identificado, según fuentes internas del área de patología.
Silenciados
«Nosotros hemos denunciado que hay mucha tuberculosis en el penal y aquí nadie nos atiende. Esos compañeros se están murieron lentamente, mientras nosotros somos silenciados», comentó un privado de libertad vía telefónica a LA PRENSA.
El reo aseguró que no sólo la tuberculosis los «está matando», sino la mala alimentación que reciben tanto en Fénix como en David Viloria.