Euseglimar González | LA PRENSA.- Matones se ensañaron contra una militante del PSUV en presencia de sus hijos. Ella y su esposo fueron asesinados a tiros la madrugada de ayer en el sector Pueblo Nuevo, del caserío Guadalupe, municipio Jiménez.
Candy Carol Pérez Fréitez, de 33 años y Yonathan José Cortez Deoy, de 28 años, recibieron descargas de escopetas dentro de su vivienda por unos tipos que ingresaron a la casa a robar.
Relatan que a las 9:00 de la noche hampones irrumpieron la vivienda de la familia Cortez Pérez. Desde ese momento, los criminales mantuvieron raptados a la familia conformada por la pareja de esposos, una adolescente de 13 años y dos niños de tres y 1 año.
Vecinos del sector cuentan que los malandros llegaron sospechosamente a la casa, pues durante la noche no se escuchó ruidos. Luego de que los maleantes estaban adentro comenzaron a cargar con todos los artefactos y cosas de valor.
Un familiar de la mujer contó que a los pequeños los metieron dentro de un cuarto de la vivienda y los encerraron, mientras que a Yonathan, supuestamente, lo amarraron y metieron en otra habitación. A Candy se la llevaron a otro cuarto y los criminales comenzaron a golpearla.
Aunque a los niños los encerraron en un cuarto, la mayor de ellos escuchaba todo lo que los criminales hacían. Entre las versiones que se escuchó en la escena del crimen, fue que a Candy le preguntaban por la edad de su hija.
Alrededor de seis horas mantuvieron azotada a la familia. Dicen que los matones hasta cocinaron y comieron dentro de la vivienda.
Cuentan que en medio de la “tortura” hacia Candy, los criminales se ensañaron con ella, al punto en que la apuñalaron en varias partes de su cuerpo y después le dispararon con una escopeta en la región intercostal derecha y en la cabeza.
Mientras que a Yonathan lo asesinaron de una descarga de escopeta en la cabeza. La adolescente no recuerda cuántos criminales entraron a la vivienda. Según contó un familiar, sólo decía que eran “varios”.
A las 3:30 de la madrugada, aproximadamente, supuestamente Candy llamó a su mamá en donde pedía auxilio y entre lo que le pudo entender la mujer y que le decía era que “lo mataron”.
Los malandros cargaron con los televisores, una moto de color azul y todo lo metieron en la camioneta Terios, de color gris y huyeron del sitio.
Tras recibir la llamada la madre de Candy de una vez se comunicó con su otra hija y su sobrino. Estos fueron los primeros en llegar a la escena del crimen.
Relatan que la hermana de la víctima llegó en una moto y se bajó corriendo, y lo primero que se encontró es a la adolescente y ella le dijo “los mataron”.
“Yo no lo creía y salí corriendo hasta el cuarto y la vi tirada llena de sangre y estaba muerta”, cuenta la dama, quien por temor a represalias no dio su identidad.
Candy era la asistente del diputado del Consejo Legislativo de Lara (CLEL) Raimundo Vale y por más de 10 años fue la mano derecha del alcalde del municipio Jiménez, Luis Plaza. Era militante del PSUV y, según vecinos, era la encargada del consejo comunal del sector Pueblo Nuevo de Guadalupe.
“Se encargaba de las bolsas del CLAP y todo lo que tenía que ver con la comunidad. Ayudaba al que no tenía casa”, sostuvo un vecino.
Ojo a fugados
Horas después del crimen, el diputado al CLEL por el PSUV, Orlando Miranda informó a La Prensa que los principales sospechosos de este doble crimen son unos fugados de la comisaría de Polilara, en Quíbor.
El parlamentario aclaró que serán los funcionarios del Cicpc quienes confirmen que se trata de unos evadidos los que mataron a la mujer y al hombre.