Héctor Rodríguez | LA PRENSA.- “Caraquita” está acostado en “La Nevera”. Mira al techo con cierto dejo desorientado, pero no es por el frío del lugar, sino por el hambre que sufre en esta celda de la Comandancia General de la Policía del estado Lara (Polilara) donde ubican a los privados de libertad que están enfermos o los que tienen mal comportamiento. Las costillas y ambas clavículas de este hombre parece que de un momento a otro les romperán la piel. “Caraquita” pesa 41 kilogramos y es uno de los 30 reos, aproximadamente, que se encuentran en grave estado de desnutrición en las distintas comisarías y Centros de Coordinación (CCP) de la policía regional.
“Ese es uno, pero aquí adentro hay 7 presos más que están desnutridos”, confiesa, ante al menos 10 familiares de presos, uno de los polilara que se encarga de revisar los alimentos que llevan diariamente los parientes de otros privados de libertad mientras está sentado en la caseta que se ubica en la entrada de los pabellones de “La 30” como se le conoce a la Comandancia General de Polilara. Según familiares, organizaciones de defensa de derechos humanos como Una Ventana a la Libertad (UVL) y la Pastoral Penitenciaria en las 20 comisarías y centros de coordinación de Polilara hay al menos 30 presidiarios que no superan los 50 kilogramos de peso y que, si acaso, comen una vez al día. Esta cifra podría aumentar a 150 si se suman los hombres y mujeres detrás de las rejas en la Policía Municipal de Iribarren, GNB de la avenida Morán de Barquisimeto y Cicpc.
José Daniel Ramírez Mogollón es “Caraquita”, y está preso por robo agravado. Este hombre de 25 años, de tez blanca, cabello oscuro, cejas pobladas y que ya tiene 5 años preso se encuentra en “La 30”, como se le conoce a la Comandancia General, luego de estar recluido en las comisarías de Los Sauces, Los Cerrajones y Andrés Eloy Blanco (AEB). En enero pesaba 36 kilos y en mayo rozó los 41 kilogramos tras ser alimentado por miembros de la Pastoral Penitenciaria de Barquisimeto y algunos reos que compartían calabozo con él, pero para la estatura de este reo, un metro 71 centímetros, el peso ideal debería ser de unos 61 – 76 kilogramos.
Lo que “Caraquita” no dice lo expresan quienes pueden ayudarlo. Este hombre teme morir como lo hizo Maikel Alejandro Piñango Pacheco que por su desnutrición y un cuadro grave de tuberculosis murió a los 36 años en los calabozos de la 30. José Daniel tiene las mismas características del fallecido Maikel: antes de llegar a la Comandancia General estuvo en Los Cerrajones y AEB, no tiene familiares cercanos que lo puedan ayudar y ya va para seis meses que ni supera los 50 kilogramos.
“Si no cuentan con un familiar que les lleve las comidas, simplemente no comen”, es lo que asegura Carlos Nieto Palma, director de la ONG UVL cuando refiere a la realidad de los privados de libertad en toda Venezuela. El abogado y encargado de la organización que se especializa en la observación de los Centros de Detención Preventiva de 13 estados del país específica que un informe realizado en 2017 logró confirmar que ese año fallecieron 200 privados de libertad, de los cuales 10 fueron por desnutrición y dos por tuberculosis.
Nieto Palma comenta que en el informe anual de UVL se refleja cómo los reos no pueden acceder a los requerimientos calóricos mínimos. “Una persona con sólo dos o una comida diaria está perdiendo no sólo peso, sino grasa y masa muscular. Esto les altera el metabolismo y junto a la insalubridad en la que viven propicia la generación de enfermedades altamente contaminantes, como la tuberculosis, capaz de diezmar, si no se ejecutan correctivos inmediatos, a presos, familiares, policías y vecinos en las entidades a donde se han detectado”.
“La 30” no es único centro donde hay casos de privados de libertad desnutridos. En Andrés Eloy Blanco, ubicado en la avenida Las Industrias al oeste de Barquisimeto se registran 7 casos plenamente identificados en el que destaca DarwingSnot Salaba Yépez, hombre de 40 años reo por robo agravado, que pesa 40 kilos y sufre de problemas psiquiátricos y renales. También existen casos en Palavecino, Juan de Villegas, Polimunicipal, Barrio Unión y Fundalara.
Precisamente en esta última comisaría se registra la situación de Yajaira Pacheco López, conocida como “Lucecita” quien está privada de libertad por posesión de droga. Esta mujer de 58 años pesa 41 kilogramos cuando debería estar en los 55.