Euseglimar González | LA PRENSA DE LARA.- Como si se tratara de un vertedero en donde cualquier animal puede comerse la carne humana, las ratas se comen a pedazos los cadáveres de la morgue del Hospital Central Antonio María Pineda.
En una camilla con rastros de sangre está el cuerpo de un hombre que es tapado por una sábana azul, el patólogo y técnico esperan para practicarle la autopsia y en unos segundos cuando lo destapan observan cómo en el brazo tiene lesiones que no fueron producidas por los impactos de bala, sino que fue por mordedura de una rata.
LA PRENSA pudo conocer que al menos cuatro casos se han registrado en un período de dos semanas. Uno de los más recientes ocurrió el último fin de semana de febrero, una rata subió hasta la camilla en donde estaba el cuerpo de una mujer y le mordió la frente.
Con la mordida, el animal le causó una herida de tres centímetros de largo con un centímetro de profundidad. Cuando los técnicos hicieron la necropsia se percataron de la lesión.
La situación ha empeorado, la morgue está en el «olvido» y desde hace unos cinco años atrás, tanto técnicos como patólogos han denunciado la falta de cavas para conservar los cuerpos, pero no hay respuestas.
Los cadáveres están expuestos a las moscas, cucarachas y ratas, luego que las más de seis cavas instaladas en la morgue no funcionan, sólo una enfría y a medias. Debido a esta situación, los cuerpos deben permanecer en las camillas o incluso en el piso, embalados con sábanas.
Un familiar de un difunto contó que apenas entró a la morgue, le dieron ganas de vomitar, no soportaba el olor, observó que las camillas estaban sucias y llenas de sangre, además la ropa de algunos difuntos estaban regadas en el piso y sólo dijo que las condiciones del área es de insalubridad.
A esto se le une la falta de limpieza en los drenajes que se encuentran tapados, fuentes consultadas por LA PRENSA indicaron que en el sótano es donde está el nido de ratas, pues esa área está colapsada por las cloacas.
Una fuente interna, quien no quiso identificarse, destacó que la proliferación de roedores no es algo nuevo, recordó que el año pasado se registraron varios casos donde familiares se molestaron y reclamaron a los trabajadores, porque tenían rostros y brazos comidos.
«¡Qué podemos hacer, las ratas tienen el tamaño de un rabipelado! El año pasado se le colocó veneno porque lo trajo un trabajador de la morgue, no hemos sido dotados para atender la insalubridad», comentó la fuente.
Los roedores salen por las tuberías del drenaje, recorren todas las áreas de la morgue y suben por las camillas hasta llegar a los cadáveres. Trabajadores han observado cómo arrastran los fetos con la intención de que caigan por el drenaje y así llevárselos hasta su nido, pero no es posible, pues los cuerpecitos no caben por el orificio.
La morgue funciona tanto para el hospital como para Senamecf, pero ni la dirección nacional del servicio forense ni la dirección de salud dota en insumos y reparaciones al área.
«Aquí lo que hay es un foco de contaminación, cómo puede el gobierno regional ser tan inhumano, aquí toca llevarse los cuerpos descompuestos porque no hay cavas de refrigeración y el proceso para retirar un cuerpo de una persona que murió de forma violenta, es lento», comentó Beatriz Guédez, familiar de un difunto.
Familiares de los fallecidos que fueron consultados, pidieron a la Dirección Regional de Salud que ejecute un plan de saneamiento y acondicionamiento en la morgue del Hospital Central.