Anaís Mendoza | LA PRENSA.- La sobrepoblación de privados de libertad que existe en las celdas de la Comandancia General de Polilara obliga a hacer estrategias que ponen en riesgo el cuidado de la ciudadanía, debido a que los uniformados pasan más tiempo custodiando a los presos, que patrullando en la calle.
Así lo refirió el pasado miércoles 28 de julio el subdirector de este cuerpo de seguridad, Argenis Montero, al momento de argumentar que, en cierta forma, la función de mil 500 funcionarios en la actualidad se debe a cumplir la cadena de custodia y no a estar atrapando malandros en las calles del estado.
Una muestra del gran número de uniformados resguardando calabozos se vio ayer en la mañana cuando en “La 30” se llevó a cabo un despliegue para realizar una requisa sorpresa a los pabellones de la comandancia.
Se trataba de una rutina que hacen los uniformados para investigar y verificar la movida de los presos que están en las celdas. Ayer más de 100 polilara peinaron cada pasillo, celda y baños, para estar al tanto de que cada detenido se mantenga en su sitio, pero también verificaron si los presos puedan estar construyendo algún túnel por donde puedan escaparse.
Montero detalla que el hacinamiento en la comandancia así como en el resto de las comisarías de la región obliga a los policías pasar más tiempo chequeando a los presos, lo que genera que los uniformados patrullen menos en las calles. “Esto da como resultado que la ciudadanía esté menos protegida”, enfatizó el subdirector, quien aclaró que ya suman tres años con esta situación delicada.
“Exhortamos a los entes competentes para que se aboquen para agilizar los procesos judiciales de los detenidos”, exigió.
El subdirector indicó que hacen un esfuerzo para poder organizarse en las rutinas de guardias de los policías, pero que sacrifican los patrullajes en las calles de la ciudad.