Osman Rojas | LA PRENSA.- Aislados en un rincón de la morgue estaba la familia de Josber Torrealba. El sol era inclemente, pero eso no importaba, la mirada de las tres personas presentes estaba absorta en el piso.
Aparentemente, el productor (del cual no se tienen mayores detalles) se levantó el viernes 15 de septiembre en la mañana con la intención de preparar cocuy para la venta. La jornada hubiese sido extraordinaria, de no ser por un incidente que conmocionó a todos en Urdaneta: una de las calderas que Josber usaba para la destilación explotó quemando el 70 por ciento de su cuerpo.
Al escuchar la explosión, la familia salió para auxiliar al productor. Sin perder tiempo Torrealba fue trasladado a uno de los centros de salud en Urdaneta, sitio en el que se le prestó la atención médica antes de ser referido al Hospital Central.
Cuando el hombre ingresó a la Emergencia del Antonio María Pineda su condición era bastante delicada. Los médicos se dispusieron a atender al productor, pero a pesar del esfuerzo humano, Josber dejó de respirar a eso de las 7:00 de la noche de ayer.
El rostro de los presentes reflejaba tristeza y mucho dolor. Una de las mujeres presentes se levantaba y caminaba como buscando una respuesta a lo ocurrido. Son las 12:13 del mediodía y quienes están ahí sólo esperan que morgue entregue el cuerpo de Torrealba, un productor de cocuy artesanal que murió consumido por las llamas el pasado viernes en la noche.
La Prensa quiso hablar con la familia de Josber, pero a pesar de la insistencia los presentes no quisieron dar declaraciones. La información a la que se tuvo acceso fue aportada por los trabajadores de la sala patológica, pues al ser un accidente laboral el libro de ingresos en la Emergencia no lo registra.
Según explica un productor de cocuy, el alambique también pudo haber quemado a Torrealba, pero esta hipótesis no ha sido confirmada.