Euseglimar González | LA PRENSA DE LARA.- A Darwin Hernández, funcionario de Polilara, le dictaron medida cautelar con presentación cada siete días por los presuntos delitos de trato inhumano y privación ilegítima de la libertad, ayer tras la audiencia de presentación en Tribunales. El policía fue señalado de presuntamente obligar a un joven de 21 años a tener relaciones sexuales.
Al mediodía, allegados a la víctima denunciaron que a los abogados asistentes no les permitieron el acceso a la audiencia, por lo que aseguraron que fue una violación del derecho constitucional y del debido proceso estipulado en la Constitución.
Sobre cómo ocurrieron los hechos por lo que señalan al uniformado, se supo por un allegado a la víctima que jueves antes de las 8:00 de la mañana, el muchacho caminaba por la calle 33 con 32, cuando un presunto policía a bordo de una moto lo detuvo, le pidió que subiera las manos para hacerle una requisa y luego le revisó el bolso, le preguntó que si cargaba droga o si las consumía y el joven respondió que no.
«Él (presunto Polilara) le dijo que se montara en la moto porque lo iba a trasladar para el Comando. Se fue por toda la calle 33, luego cruzó a la avenida Venezuela hasta llegar a la calle 42 y volvió a girar, después se metió al Cementerio Bella Vista, recorrió como una cuadra y estando allí le dijo al joven que se bajara los pantalones», comentó el familiar de la víctima a LA PRENSA.
El pariente relató que en ese momento el supuesto funcionario comenzó a verle los testículos, detallaron que se quitó el chaleco antibalas y luego se bajó el pantalón. Pocos minutos después bajo amenaza lo habría obligado a que le practicara el sexo anal.
«Por miedo lo penetró, ese hombre cargaba un arma, él pensó que lo iba a matar», comentó el familiar.
Tras el acto, el hombre le dijo que se montara en la moto que lo llevaría a su lugar de trabajo, en la calle 24. Cuentan sus familiares que el joven llegó asustado y de inmediato se metió al baño, estando allí agarró un envase de agua mineral, pensando que se trataba de agua, para lavarse su parte íntima, pero era ácido para lavar poceta.
«Comenzó a gritar desesperado y pedía que prendieran la bomba de agua, resulta que el ácido comenzó a quemarle su pene. Tuvo quemaduras de segundo grado, no quiso contar nada, agarró la bicicleta de su hermano y se fue hasta la casa, allí lo trasladamos al Seguro de Barrio Unión», comentó el allegado.
Fue en el Hospital Central Antonio María Pineda que el joven habría contado lo que ocurrió. El familiar explicó que él reconoció al presunto policía cuando le mostraron una de las fotos y denunciaron.
«Sobre mi hijo han dicho muchas cosas por Whatsapp, todo para tapar lo que hizo ese funcionario. Mi hijo no lo conoce, tampoco está involucrado en una violación y mucho menos es un paciente psiquiátrico», soltó la madre de la víctima.
Los familiares piden que se haga justicia y que la Fiscalía investigue lo ocurrido, LA PRENSA consultó a la defensa sobre la decisión y aseguraron que buscarán demostrar que hubo una violación de la libertad sexual.