Se presume que la causa del deceso haya sido una sobredosis
Guiomar López | LA PRENSA DE LARA.-& ;Las contradicciones de la vida y al borde de interrogantes. Una anestesióloga, cuya carrera la llevaba a enfrentarse a la posibilidad de la muerte de un paciente en quirófano, este sábado quedó del lado contrario. Colegas no entendían la muerte de la doctora, Betty De Abreu, en su casa, en Cabudare y cuyo cuerpo fue ingresado la noche de este sábado a la morgue del Hospital Central Antonio María Pineda por funcionarios del Cicpc por presunta sobredosis. Fue sometido a la autopsia y exámenes toxicológicos para determinar si se trató de algún anestésico.
A las 10:00 p.m. se enteró una de las doctoras, quien llegó ayer temprano muy agitada buscando información entre el personal de la morgue y se llevó la mano a la cabeza en señal de negación. Su voz era entrecortada y comentó ese último recuerdo, del pasado sábado hacía una semana cuando ambas compartieron quirófano en una clínica. «¡Parece mentira, porque era una mujer con tanta energía y belleza!», exclamaba acerca de la víctima, de 52 años, con una apariencia muy conservada y jovial. Era hermosa y siempre cuidaba su imagen, así como de buen genio.
Se conoció que egresó de la promoción XXXV de la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado (UCLA) aproximadamente a comienzos del 2000. Ruy Medina, exdirector del Hospital Central, recuerda que fue una de sus alumnas, exigente en su formación y que luego durante su preparación en el posgrado realizó un trabajo sin observaciones. Fue una intachable carrera durante varios años como especialista adjunto en este principal centro asistencial. «Muy profesional, colaboradora y simpática», así la recuerda.