Evana Materan | LA PRENSA.- Un pequeño espacio, sin agua y con poca luz es el nuevo hogar de los damnificados. Más de 40 personas duermen en el comedor de la escuela de Santo Domingo II desde el miércoles, como consecuencia del aguacero que cayó sobre sus ranchos.
“Estamos tratando de sobrevivir”, expresó Ángela Escobar, una de las afectadas, mientras describía las condiciones en las que se encontraban.
Recordó que luego de la tragedia tuvieron que limpiar el refugio entre todos los vecinos. La mañana del jueves recibieron la visita del gobernador Henri Falcón y ayer la del alcalde Alfredo Ramos.
“El gobernador dijo que compraría viviendas a los afectados y el alcalde se comprometió con combos de alimentos”, reveló Clara Colina. Aclaró que no es suficiente porque sólo se pueden cubrir dos comidas al día. Por lo tanto, las madres han salido a pedir ayuda a las panificadoras de la zona “para completar” la alimentación de los niños.
Las familias pasan la noche en 24 colchonetas que fueron donadas este jueves. Sin embargo, aseguró que los damnificados han sido víctima de discriminación política. “Tenemos problemas con la electricidad, vino Corpoelec y no hizo nada porque estamos en una escuela estadal”. Señaló que con esta misma excusa la directora de la Zona Educativa, Mirna Víes, negó la dotación de comida a los afectados.
Los hombres sienten indignación. Pero aún así se enfocan en reparar las fallas de infraestructura que hay en el refugio. Por su lado las mujeres intentan rendir las donaciones. Los artículos de higiene personal brillan por su ausencia. “Nos dieron diez pañales para repartirlos entre cuatro bebés”, comentó preocupada una de las madres. Recalcó que se deben bañar en las casas de los vecinos con pura agua, porque no tienen ni jabón.
Los afectados aseguran que la ayuda de la comunidad ha sido fundamental. Le han prestado sábanas y ropa, pero no tienen zapatos. “Los niños andan en chancletas”, mencionó.
Los damnificados no tienen seguridad. Desde el momento de la inundación no se ha acercado ningún funcionario policial ha brindarles apoyo en el refugio. Por lo tanto, claman más colaboración de las autoridades y de la población en general para poder sobrellevar esta problemática. “No se fijen en el color político, somos humanos”, enfatizaron.