Guiomar López | LA PRENSA DE LARA.- Se deja pasar, principalmente por no contar con ese promedio que supera los $100 en un chequeo de rutina y sin incluir exámenes de laboratorio que sean pertinentes. Una de las razones que limita la prevención y transcurran varios años sin asistir a consulta, cuando logran hacerlo el diagnóstico es del cáncer de mama que empieza a avanzar, sin la accesible atención del sistema público. De allí, la preocupación por ser la principal causa de muerte en mujeres en el país, contando 3.127 decesos y 7.885 diagnósticos en 2021, según la Sociedad Anticancerosa Venezolana (SAV).
Un bultico en el seno, que no necesariamente genera dolencias. Es el principal indicio y que con la detección temprana, puede ahorrar el tormento de padecer una enfermedad crónica que arropa a toda la familia, ante la necesidad de apoyo emocional al paciente, llegando parientes a sufrir por tanta angustia y el respaldo económico de un trayecto que exige consultas de mastólogos, oncólogos, mamografía, eco mamario, sesiones de quimioterapia, mastectomia parcial o radical, además de la radioterapia que supera los $3 mil y que según un estudio del Centro de Justicia y Paz (Cepaz) hasta 2021 se habían cerrado 22 unidades de radioterapias en Venezuela por falta de mantenimiento durante los últimos cinco años.
Pese a la falta de data oficial, se conoce según la SAV y demás organizaciones que atienden a estos pacientes que para 2019 se registraron más de 2.800 muertes y se superaron los 7 mil casos. Para 2020 desde el Observatorio Mundial de Cáncer de la Organización Mundial de la Salud (OMS) precisaba alrededor de 3.500 víctimas fatales, con el aditivo de que se trataba de 30% por encima del promedio registrado en países suramericanos. Para 2021, el estudio de Cepaz, instancia que hace seguimiento a la emergencia humanitaria se refería a 3.127 fallecidas entre los 45 a 54 años, así como 7.885 casos de pacientes entre 55 a 64 años según la SAV.
Cuando se tiene una relación de esta alza, se puede apreciar en la entidad larense que la Sociedad Anticancerosa en Barquisimeto confirmaba al cáncer de mama en el primer lugar, registrando 200 diagnósticos de los 760 casos de pacientes oncológicos de 2021. «¡Sigue estando en el primer sitial!», advierte el director Fernando Gómez, al precisar que hasta comienzos de octubre van 945 diagnósticos, en edades a partir de los 45 años.
Lamenta que aproximadamente el 72% de las pacientes llegan a confirmar diagnósticos en pleno avance, en el estadío II cuando deben aplicarse quimioterapias, lleguen a ameritar la mastectomia y -dependiendo la evolución- sean necesarias las sesiones de radioterapias. Recuerda desde hace cuatro años que no han podido seguir atendiendo con radioterapias porque el equipo está dañado, ya comienzan las reparaciones del chip y le falta la tarjeta, cuyo valor oscila alrededor de $ 30 millones.
Milagros Seijas, desde la Fundación de Pacientes Oncológicos de Venezuela (Fundapov), también comparte la preocupación de que la mayoría de pacientes buscan asistencia estando entre los estadíos II y III. «Es un problema con la raíz en la dificultad de la prevención», comenta de la falta de recursos para el chequeo rutinario luego de los 35 años.
Precisa que se puede controlar al cumplir en todos los lapsos ese proceso de quimioterapias, intervención y de necesitar radioterapias. Un trecho de preocupaciones, cuando no logran cumplir sus respectivos ciclos y ante la irregularidad de la entrega de fármacos de altos costos en farmacias del Seguro Social (IVSS). «Esa es una enfermedad tan amenazadora que ni siquiera cumpliendo con todos los tratamientos, da garantía que desaparezca el cáncer», señala del obligatorio del control trimestral.
También se refiere a los casos de pacientes jóvenes menores de 30 años de edad, de quienes se tienen más factores de sospecha y determinar si se origina de lesiones anteriores, ser fumadoras, fallas en la alimentación y hasta del peso de las angustias o preocupaciones que terminen afectando en el sistema inmunológico. Un escenario que debilita al organismo.
Por la vida
Al ubicar testimonios, se conoce cómo el cáncer de mama rondó a las hermanas Sánchez, quienes se sacudieron del temor a la muerte y lograron superar esta batalla por la vida. Luego del saludo, Yolanda recuerda que justo ese 11 de octubre, recordaba los 20 años de que le practicaron la mastectomía parcial y le retiraron los ganglios contaminados. Tenía 50 años de edad y ese diagnóstico le estremeció la vida, sintiendo miedo y que se replicaba entre familiares. Ellos necesitaban seguridad y acudió a tres especialistas, que confirmaban el mismo cáncer.
«Me sentía como flotando, quedé paralizada», recuerda de su reacción y hasta ubicó ayuda profesional para levantar ese ánimo. Terminó aceptando las pelucas, pese a lo fastidioso del calor y así agradeció la bendición, porque contaba con un seguro médico y el apoyo de sus seres queridos. «Dios me regaló otra oportunidad de vida», exclama y recalca que insiste al resto de mujeres acerca de la importancia de la prevención. Ella cumplió su control médico cada tres meses, que luego pasó a semestral y en la actualidad es anual.
«Uno no siente nada de dolor», advierte de lo importante de hacer todo el esfuerzo por cumplir con los chequeos de rutina a partir de los 35 años de edad.
Su hermana Mirtha Sánchez es otra guerrera, luego de que se le alojara en su seno izquierdo y necesitar la mastectomía total en 2020. «A veces uno no se atreve y esa espera perjudica», admite de ese momento con más dificultad por la pandemia. Confiesa que cambió el temor por la afirmación, que podría hacerlo y así lo logró con la base familiar, además de refugiarse en la fe de cada uno de sus rosarios.
Ella tuvo a favor, ser una mujer muy decidida y sin caer en la resignación, siempre buscó opciones más económicas. Un extremo que fue insostenible al requerir los $ 3.400 para la radioterapia, un monto que no pudieron recaudar y buscó más fuerzas de Dios para encomendar su recuperación. Fue escuchada y actualmente ha cumplido dos controles post intervención, siempre con el objetivo de ayudar a quienes están pasando por esta difícil situación del cáncer.
Hablar de cáncer es un huracán de emociones, pero llamando a la disposición de hacer todos los esfuerzos por cumplir con el tratamiento.
El riesgo es la muerte de cerca
Según los registros de la Sociedad Anticancerosa Venezolana, la mujer está perdiendo alrededor de 19 años de vida, a causa de la muerte prematura por cáncer de mama. Realidad que también desespera desde la asociación Senos Ayuda con el 90% de solicitudes de ayuda que no eran cubiertas en el sistema público.
Para Milagros Seijas desde Fundapov, es lamentable lo impredecible que puede ser el cáncer de mama y se conoce todas las dificultades que atraviesan estas pacientes, con sacrificios hasta la venta de bienes, tales como vehículo o casa.
También alza la voz por esa denuncia común de la irregularidad en la entrega de medicamentos, con varias ocasiones de entrega de medicamentos vencidos y que generan la desconfianza de especialistas. Refiere que los centros para quimioterapias no tienen alcance, porque se limitan principalmente al hospital del seguro Pastor Oropeza y Luis Gómez López.
Se levantan y decretan positivo
La tristeza y temor suelen ser inevitables en ese proceso de negación de la enfermedad. Pero cuando estas pacientes entienden la necesidad de tener toda la disposición por sanar, asumen el costo del cáncer de mama que pueda implicar la pérdida de un seno, para el retiro de los ganglios malignos.
«Uno intenta ser feliz», admite Diosy Mendoza, quien en 2021 fue sometida a una mastectomía radical y aún así considera que su mejor antídoto ha sido mantenerse con mente positiva, al definir al cáncer como una cajita de sorpresas.
Recuerda que lo más difícil de esa primera etapa al conocer el diagnóstico, es superar la inestabilidad emocional. Todo se desencadena en la incertidumbre, con la necesidad del amor propio del paciente, comprensión de familiares o allegados y ese soporte del apoyo de la pareja sentimental. «Es lamentable como el cáncer llega a ser motivo de ruptura para algunas parejas», cita de ese golpe que termina de tambalear a la mujer.
Mendoza logró realizarse la radioterapia en Maracay, por un monto 50% inferior y que de igual manera, les costó para reunir esos $1.500. Actualmente no debe dejar de tomar las pastillas Exemestano, las cuales no están llegando al IVSS y le cuesta para comprar la caja en $25.
El caso de Alicia Méndez también es reciente, cuyo diagnóstico fue a final a mediados del año pasado y en marzo de 2022 fue intervenido su seno izquierdo con mastectomía radical. Estaba en estadío III y debía cumplir con todo su control al píe de la letra.
«¡No me lo esperaba!», confiesan porque al tener la confirmación de inmediato recordó a sus dos primas que murieron a causa de este enfermedad. «Pero me aferré a Dios y me llenaron de amor», dice complacida de todo el apoyo de la familia, amigos y sus compañeros de la iglesia Pentecostal.
Se trata de testimonios de vida, que replican el valor de la prevención y evitarse vivir estos cambios por el cáncer.