Si se tuviera que definir a las mujeres del país en tres palabras, sería: echadas para adelante. Los estudios señalan que las féminas son el sostén de la mayoría de los hogares de Venezuela que suelen ser monoparentales, y también son las que están liderando los micros y pequeños negocios que han aparecido en los últimos años. A pesar de tener una carga de trabajo mayor que los hombres, por la crianza de los hijos, son las mujeres las que predominan en las aulas de las universidades y muchas están aprovechando sus talentos para labrarse un camino empresarial.
Una investigación presentada en enero por el director del Centro de Políticas Públicas del IESA, Víctor Carrillo, para el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), analiza los cambios en el mercado laboral venezolano en un período de siete años. Señala que el 21% de la Población Económicamente Activa (PEA), en el país, son mujeres. La realidad es que esta cifra es baja si se compara con la población femenina que está empleada formalmente en Latinoamérica, en países como Bolivia, Colombia, Ecuador, El Salvador, Honduras y Perú.
«Debido principalmente a la migración, el mercado laboral venezolano perdió 2.2 millones de personas entre el 2014 y 2021. Esa pérdida de espacio no fue igual en todos los sectores en términos de género. La mujer perdió mucho más que los hombres. En 2014 había 4.75 millones de trabajadoras en Venezuela y en 2021 había 3.56 millones, una disminución de 25%», refirió.
Los motivos de ese descenso son varios: El primero es que 46% de las mujeres declararon que se dedican a quehaceres del hogar y 11% manifestó que dejó de trabajar porque no tiene quién le cuide a los hijos, razón por la cual las féminas, sobre todo tras la pandemia, han tenido que sobrevivir y seguir sacando adelante a su familia emprendiendo, pero en un contexto de precariedad, porque Carrillo señala que más de la mitad de la economía informal en el país es liderada por mujeres.
«El sector informal comienza a ser una salida para una persona que requiere maniobrar entre el cuidado de los niños y un trabajo, porque ahí no hay una estructura gerencial, no dependen de horarios establecidos, son sus propias jefas», argumento, tras analizar datos del BID, Encovi, la plataforma R4V y la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Las mujeres vencen obstáculos
Virginia Martínez, del Movimiento Mujeres por la Vida en Lara, mencionó que en la mayoría de los hogares, sobre todo en las zonas populares, hay ausencia del padre. Las mujeres tienen que criar solas a sus hijos y asumir el trabajo del hogar. Con el éxodo masivo de venezolanos, quienes primero emigraron fueron los hombres. En los últimos años ha sido la población femenina la que ha salido del país dejando a sus hijos al cuidado de otras mujeres: abuelas y tías, principalmente.
«La mujer venezolana ha tenido la capacidad de emprender en medio de la adversidad. Hay estrategias de sobrevivencia como juntar dinero a través de bolsos, poder hacer algún emprendimiento, o buscar la manera de ganarse la vida por su cuenta, como vender helados en su casa, preparar tortas, o prestar algún servicio, por ejemplo, es impresionante la cantidad de peluquerías que han surgido en las comunidades y barriadas del país. Las mujeres empezaron a hacer cejas, pestañas, uñas, abren bodegas, encuentran las oportunidades en medio de las dificultades», argumentó.
En los países de ingresos bajos, el Banco Mundial señala que las mujeres tienen una capacidad empresarial, porque la mayoría busca un empleo autónomo, ya sea en un emprendimiento micro, pequeño, mediano o grande, convirtiéndose en un medio importante para el empoderamiento.
Gerentes y líderes
En el mundo, sólo una de cada tres empresas es propiedad de mujeres, según el Banco Mundial. Jacqueline Richter, doctora en sociología y especialista en derecho del trabajo de la UCV, destacó que estadísticamente los cargos de alta gerencia y CEO (director ejecutivo), son ocupados en su mayoría por hombres, y a las mujeres les cuesta mucho llegar a ese nivel de jerarquía por la «carga oculta», que suele tener, como dedicarse al bienestar de su familia.
Indicó que está comprobado que en Venezuela las mujeres suelen ser mejores gerentes que los hombres, no solamente porque son multifacéticas al tener la capacidad de cumplir varias tareas a la vez y culturalmente estar preparadas para administrar mejor los gastos del hogar. «Los datos nos dicen que el nivel de escolaridad de la fuerza de trabajo, las mujeres tienen mucho más años de estudio que los hombres. Son más preparadas y eso se puede ver en cualquier universidad del país. Las aulas de clases están llenas de mujeres, incluso en carreras que hace 40 años eran estudiadas por hombres, como medicina e ingeniería, en las que ahora predominan las féminas», resaltó.
Marty González Gongora es empresaria y desde hace más de 30 años ha sido dueña de tiendas como Vértigo, Graffiti y ha estado a cargo de campañas publicitarias en Hong Kong para GAP, y afirma que le tocó asumir ese rol siendo madre de dos hijos que apenas se llevan 16 meses de diferencia.
«En Venezuela tú tienes más ayuda que en el resto de países latinoamericanos. En mi caso, yo tuve una señora que me ayudaba en casa y fue la nana de mis hijos. Cuando uno es dueña de una tienda uno trabaja 24 horas los siete días de la semana. Mi trabajo me exigía viajar mucho de lunes a viernes, pero los fines de semana eran para mis hijos. Tratábamos mi exesposo y yo de estar con ellos. Y siempre hay mucho sentimiento de culpa como mujer, porque no estás todo el tiempo con ellos en sus actividades cotidianas, a pesar de que siempre estaba en los acontecimientos más importantes. Sí te pierdes mucho, pero ya eso es una decisión muy personal. A mí me encantaba mi trabajo, lo disfrutaba mucho, y creo que uno tiene que pensar mucho en uno cuando los chamos están muy chiquitos», confiesa.


Estadísticamente, más del 90% de los CEO que hay en el mundo son hombres. González, en 2019 creó una plataforma para empoderar a las féminas llamada Mujer 5 Estrellas y ahí ha comprobado que la mayoría de los emprendimientos que están surgiendo son de mujeres, pero o son muy jóvenes en edades que van desde los 20 a 25 años, o comienzan a emprender cuando los hijos son grandes y se han ido de la casa o han emigrado del país; es decir, entre 40 y 60 años.
«En el mundo gerencial, las mujeres hemos tenido que tener más carácter y hacernos notar. Lamentablemente, vivimos en cultura muy machista, patriarcal, y lo que hemos querido como mujeres es la igualdad, no queremos estar ni por encima o por debajo de los hombres, queremos que las oportunidades sean equitativas», expresó.
Destacan en gremios
Marieta Jarek es directora de la Cámara de Industriales de Lara y presidente de la Fundación Educación e Industria (Fundei), argumenta que hay elementos que le dan ventaja a la mujer para ser gerentes.
«En los roles gremiales, las mujeres se distinguen por su sensibilidad de comprender al ser humano y tener habilidades de negociación mucho más asertivas que los mismos hombres, por una condición de saber interpretar el lenguaje no verbal y esa suele ser la gran diferencia entre lograr el éxito y la influencia», asegura.


Alega que a veces son las mismas mujeres las que se ponen límites o barreras mentales. «No hay que dejarse llevar por los prejuicios. Muchas veces, también la mujer se cohíbe de tomar la acción pensando en si le van a abrir la puerta o no. La puerta del mundo gerencial se abre cuando uno se prepara y afronta la realidad…El área de la gerencia es la capacidad de influir y de asumir retos y desafíos, y eso pasa por dejar de lado algunos aspectos de tu vida que no los vas a poder hacer por temas de tiempo, pero hay que tener claro lo que uno quiere», sugiere.
Necesarias más redes de apoyo
Víctor Carrillo, politólogo y coordinador del Centro de Políticas Públicas del IESA, argumenta que si bien las mujeres dominan la mayoría de los emprendimientos del país, lo hacen con muchas dificultades desde la informalidad y sin tener acceso a financiamientos, sin tener ingresos fijos ni tampoco contar con seguridad social, y eso las mantiene en continua incertidumbre. Por eso cree que en Venezuela se deben desarrollar políticas orientadas a reinsertar a las mujeres al mercado laboral formal.


«Eso tiene que ver con crear más redes de apoyo; es decir, más lugares de cuidado diario, que haya escuelas de doble turno. Con mejorar la educación para el trabajo, que también es un elemento que ha estado sufriendo mucho en Venezuela. Hablo de educación como escuelas técnicas, todo este conjunto de instituciones educativas que se encargan de entregar herramientas, competencias, habilidades muy prácticas para el desarrollo de actividades económicas de oficios y servicios», refirió.