Los venezolanos luego de la pandemia por covid-19 no están durmiendo lo suficiente, según el estimado por consultas en neurología o neuropediatría, los trastornos del sueño se han incrementado a más del 50% de los casos, incluso con niños que aumenta al 80% por déficit de atención, Trastorno Espectro Autista (TEA) o discapacidad intelectual. Mientras los adultos llegan a 70%, debido a comorbilidades, tal como lo perciben en la Academia Venezolana de Medicina del Sueño (Avemsu). Además de la falta de condiciones para descansar, se desestima la importancia de sus beneficios para fortalecer funciones en el organismo.
Es una preocupación que ya advierte la Organización Mundial de la Salud (OMS) desde 2023, al referirse a un promedio de 40% de la población que presenta inconvenientes para dormir y que manifista trastornos del sueño, principalmente por insomnio a causa de la ansiedad, estrés, adicción y comidas pesadas durante la noche. Una realidad que no cambia en Venezuela y que los especialistas de la Avemsu junto a psiquiatras reiteran el recordatorio del lema en este Día Mundial del Sueño, a partir de «haz de la salud del sueño, una prioridad» en 2025.
Las exigencias en la actualidad implican mayor concentración y productividad, donde muchas veces el sueño puede ser visto como pérdida de tiempo e innecesario, frente a tantas tareas pendientes. Esto es un grave error, porque se ignora que se trata de un proceso que más allá de descansar es un estado fisiológico vital para reparar las funciones en el organismo. Así lo explica la doctora Gabriela Zambrano, neuropediatra, especialista en Medicina del Sueño y miembro de la Avemsu, lamentando que se ignora el descanso como fuente enriquecedora que fortalece el sistema inmunológico y salud mental, así como evitando el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.
Zambrano recalca que los estilos de vida se modificaron a consecuencia de la pandemia en 2020 por lo que los trastornos del sueño se volvieron común en la sociedad. Los niños neurodiversos suelen ser más vulnerables dependiendo el grado de sensibilidad, si no se busca el acompañamiento terapéutico afecta con más fuerza y los adultos también están más propensos cuando padecen enfermedades neurológicas de tipo neuromuscular, enfermedades cerebrovasculares y Parkinson.
«Hubo un cambio de patrones y se vive el desierto de sueños en Venezuela, por la falta de condiciones para un descanso reparador», indica de esas situaciones que atraviesan familias con la interrupción del servicio eléctrico, tiempo de espera para surtir combustible y agobiarse de preocupaciones sin tener la debida orientación.
Los principales trastornos del sueño empiezan por insomnio respiratorios como apnea, que puede ser obstructiva e impidiendo la respiración, por ritmo circadiano con las variaciones de horarios, de movimientos involuntarios, por hipersomnia al sentir somnolencia durante todo el día, entre otras. Aclara que no se mueren neuronas, pero sí van perdiendo sus funciones en el cerebro.
Mientras la especialista destaca la diferencia entre dormir y el sueño, siendo el primero referido a buscar el espacio para descansar y el otro es un estado fisiológico. Allí se refiere a que debe cumplir con la debida cantidad de horas ideales (recién nacidos de 15 a 17 horas, lactantes de 11 a 13 horas, escolares de 9 a 11 horas, adolescentes 11 horas, adultos de 7 a 8 horas, mientras adultos mayores unas 7 horas).
La profundidad es dejar ese sueño superficial y pasar a esa fase de ensoñación, como estadio REM (movimiento rápido de los ojos) donde funciona el cerebro y saca provecho entre los recuerdos y aprendizajes. Al asegurar la cantidad y profundidad, se garantiza la calidad dejando un individuo activo y con mayores posibilidades de ser más productivo en sus tareas cotidianas.
Son aspectos tan significativos, que el psiquiatra, Marco Tulio Mendoza, recomienda cumplir con un sueño profundo, que en niños implica el desarrollo de la hormona de crecimiento y una persona que ha perdido el sueño durante varios días, está en peligro de locura y puede empezar a manifestarse con alucinosis, cuando se empieza a desvariar entre imágenes y sonidos fuera de la realidad.
Cuando se refiere al valor fisiológico, cita las clínicas de sueños para evaluar el ritmo de la respiración junto al funcionamiento cerebral y motor. Se determina el nivel de alteración para medicar y lograr la tranquilidad del paciente.
Especialistas recomiendan cumplir la higiene del sueño, respetando los horarios que suelen ser violentados por personal de salud, funcionarios de seguridad y otros encargados que cumplen guardias nocturnas. Relajarse, cenar ligero y desconectarse de tantos estímulos de celulares o pantallas antes de dormir evitan los trastornos del sueño.
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