EFE | LA PRENSA de Lara.- El diputado José Gregorio Noriega, expulsado esta semana del partido Voluntad Popular, acusó este viernes al presidente encargado de la República, Juan Guaidó, de corrupción y de ser un «dictador» dentro de la formación.
«En la dictadura de Guaidó disentir se considera un delito, un acto de traición», dijo Noriega ante periodistas, aunque se negó a responder preguntas.
El legislador fue expulsado de VP el miércoles, luego de que pidió al Tribunal Supremo de Justicia anular una reforma del reglamento interno del Parlamento.
El TSJ anuló este jueves la norma adoptada por la Asamblea Nacional que modifica su reglamento para permitir a los diputados que se encuentran en el exterior del país votar de forma virtual. Esta medida se toma en atención de la solicitud de Noriega y otros dos diputados opositores.
«La reforma es ilegal e inconstitucional no solo por su contenido sino por la forma en que fue convocada la sesión», insistió el diputado. También denunció que VP lo ha expuesto al escarnio «al mejor estilo del fascismo puro«.
José Noriega anunciará acciones legales
La formación de Guaidó publicó varios mensajes en las redes sociales con una fotografía de Noriega en los que le acusa de ser un vendido al gobierno de Nicolás Maduro.
Sin embargo, el diputado aseguró que un grupo de altos dirigentes de VP, partido que lo acusa de haber recibido dinero del chavismo para no apoyar en enero la reelección de Guaidó como líder parlamentario, lo «juzgó y sentenció solo por pensar distinto».
«Todo esto ocurre por denunciar un acto de totalitarismo dentro de la AN. Los reto a que me muestren quién, cuándo y dónde se me entregó ese dinero», exhortó.
Además, Noriega dijo que el mandatario interino tiene familiares que se han enriquecido este año. Recordó las denuncias sobre supuestos desvíos de dineros recaudados dentro y fuera de Venezuela, para la ayuda humanitaria.
El legislador adelantó que en las próximas horas anunciará acciones legales para reparar el «daño moral» que dice estar sufriendo. Acusó a la directiva de los cuatro partidos opositores más grandes de ser «una mala copia del chavismo».