El continente europeo se encuentra bajo el azote de una intensa ola de calor, impulsada por un anticiclón procedente de África, que ha disparado los termómetros por encima de los 40°C. Esta situación afecta principalmente a los países del sur, con España, Grecia, Portugal e Italia experimentando las condiciones más extremas.
Las elevadas temperaturas persisten incluso durante la noche, con mínimas que no descienden de los 20 grados centígrados, mientras que los días se mantienen de forma persistente por encima de los 25 grados. Ante este escenario, los servicios meteorológicos de Portugal y de Italia ya han decretado la alerta roja en algunas de sus zonas, lo que implica un riesgo extremo para la población.


El panorama en Europa se agrava con incidentes recientes
A finales de la semana pasada, los bomberos combatieron un importante incendio forestal en las cercanías de Atenas, Grecia, que amenazó áreas pobladas. En España, se prevé que la ola de calor continúe al menos hasta el jueves, con máximas que oscilarán entre los 36 y 38 grados en amplias zonas de la península y Baleares, y que podrían alcanzar entre 42 y 43 grados en el sur del país.
Expertos meteorológicos y climáticos coinciden en señalar que esta recurrencia e intensidad de las olas de calor están directamente vinculadas al cambio climático global. La persistencia de temperaturas tan elevadas representa no solo un riesgo significativo para la salud pública, sino también un aumento considerable en la amenaza de incendios forestales y un impacto severo en los ecosistemas locales.


Ante la emergencia, las autoridades europeas han emitido recomendaciones urgentes a la población para protegerse del calor extremo, incluyendo mantenerse hidratados, evitar la exposición directa al sol en las horas de mayor intensidad y prestar especial atención a los grupos más vulnerables.