AP | LA PRENSA.- El secretario de Defensa, Jim Mattis, respondió el domingo a la más reciente provocación nuclear de Corea del Norte con una amenaza directa, al decir que Estados Unidos responderá a cualquier amenaza norcoreana con una “respuesta militar masiva, una respuesta tanto efectiva como abrumadora”. Aunque dijo que Estados Unidos no busca la “aniquilación total de Corea del Norte”, agregó: “Tenemos muchas opciones para ello”.
En unas breves palabras a los periodistas afuera de la Casa Blanca, Mattis dijo que la comunidad internacional está unida en exigir la desnuclearización de la península coreana y expresó que el líder norcoreano Kim Jong Un, debe saber que el compromiso de Washington con la seguridad de Japón y Corea del Sur es firme.
Unas horas antes el propio domingo, el presidente Donald Trump había subido el tono sobre la crisis de la amenaza norcoreana al sugerir medidas económicas drásticas contra China y criticó con fuerza a Corea del Sur, un aliado de Estados Unidos.
Con el general Joseph Dunford, presidente del Estado Mayor Conjunto, a su lado, Mattis dijo: “Cualquier amenaza a Estados Unidos o sus territorios, incluido Guam, o a nuestros aliados, se tropezará con una respuesta militar masiva, efectiva y abrumadora”. Esas palabras estuvieron dentro de lo normal que Estados Unidos responde ante una amenaza norcoreana. Pero Mattis pareció llevarla un poco más allá con la referencia a la “aniquilación total”.
Mattis, quien no respondió preguntas de los reporteros, dijo que había asistido a una reunión con un “grupo pequeño” de seguridad nacional con Trump y otros. Dijo que el presidente quería que le informaran en detalle sobre lo que Mattis calificó de “muchas opciones militares” contra Corea del Norte.
“Dejamos en claro que tenemos la capacidad de defendernos a nosotros mismos y a nuestros aliados, Corea del Sur y Japón, de cualquier ataque, y el compromiso con nuestros aliados es muy firme”, dijo.
Corea del Norte informó que tuvo un “éxito perfecto” en una prueba subterránea de lo que calificó es una bomba de hidrógeno, potencialmente mucho más destructiva. Esta fue la sexta prueba nuclear norcoreana desde el 2006, pero la primera desde que Trump asumió el poder.
Cuando un reportero le preguntó a Trump durante un viaje a un servicio religioso si atacaría a Corea del Norte, el presidente dijo: “Ya veremos”.
Ninguna acción militar estadounidense parecía inminente, y el foco inmediato parecía ser apretarle más la tuerca a Pyonyang con medidas económicas, que hasta ahora no han tenido mucho efecto. Varios legisladores federales expresaron alarma ante la prueba nuclear norcoreana e hicieron énfasis en fortalecer la defensa misilística de Estados Unidos. Líderes de Rusia, China y Europa emitieron declaraciones de condena a la prueba nuclear norcoreana.
Todavía no se ha determinado la fuerza de la explosión nuclear subterránea. La agencia meteorológica surcoreana dijo que el terremoto que provocó la explosión fue entre cinco y seis veces mayor que los temblores provocados por las cinco explosiones norcoreanas anteriores.
La televisión estatal de Corea del Norte trasmitió un boletín especial para anunciar la prueba, y agregó que Kim asistió a una reunión del presidum de partido y firmó la orden para la prueba. Anteriormente, el periódico del partido norcoreano había publicado fotos de Kim observando lo que dijo era una ojiva nuclear para instalar en un misil balístico intercontinental.
La detonación del domingo impulsa los recientes avances de Corea del Norte en materia nuclear, que incluyen pruebas de dos cohetes intercontinentales en julio, que se cree pueden llegar a territorio continental estadounidense. Pyongyang afirma que su programa de misiles es parte de una iniciativa de defensa para crear una fuerza nuclear que pueda llegar a ciudades en Estados Unidos.
La Asociación para el Control de Armas indicó que la explosión aparentemente generó un rendimiento superior a 100,000 toneladas de dinamita, y explica que eso sugiere que Pyongyang probó una bomba nuclear compacta pero de alto rendimiento que pudiera lanzarse con un misil de alcance medio o intercontinental.
Hans Kristensen, experto en armas nucleares de la Federación de Científicos de Estados Unidos, dijo que Corea del Norte probablemente necesite hacer más pruebas antes de lograr un diseño completamente funcional del dispositivo.
Más allá de la parte científica de la prueba, el esfuerzo de Corea del Norte por crear una ojiva nuclear que pueda llegar a Estados Unidos está creando problemas políticos para Washington en momentos que trata de buscar un equilibrio entre su postura y la confirmación a sus aliados de que mantendrá su compromiso de proteger a Japón y a Corea del Sur de un ataque norcoreano.
Es por ello que algunos se cuestionaron la crítica del domingo de Trump a Corea del Sur. El presidente tuiteó que Seúl se está dando cuenta que “las conversaciones de apaciguamiento” no funcionarán. Corea del Norte, agregó, “sólo entiende una cosa”, implicando que pudiera ser necesario usar la fuerza militar. Estados Unidos tiene unos 28,000 militares en Corea del Sur y está obligado por un tratado a defender el país en caso de una guerra.
Patrick Cronin, experto en asuntos asiáticos del Center for a New American Security, dijo que las palabras de Trump sobre Corea del Sur probablemente “tuvieron la intención de mostrar respaldo a un aliado”.
“Creo que Washington intenta con toda seriedad mostrar una determinación inesperada”, dijo.
“Es necesario que la alianza entre nuestro aliado y nosotros sea muy sólida. Pero al mismo tiempo, no podemos darnos el lujo de que Corea del Sur se ablande ante este peligro cada vez mayor”.
Trump también sugirió presionar más a China, el principal benefactor de Corea del Norte desde hace muchas décadas, y un socio comercial vital de Estados Unidos, con la esperanza de que persuadir a Pekín de que influya más sobre su vecino.
Trump tuiteó que está estudiando la posibilidad de “suspender todo el comercio con cualquier país que haga negocios con Corea del Norte”.
Tal medida sería algo radical. Estados Unidos importa unos $40,000 millones mensuales en bienes desde China, que también es el principal socio comercial de Corea del Norte.
El secretario de Estado, Rex Tillerson, estaba comunicándose con sus contrapartes en Asia, y el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, dijo que estaba estudiando propuestas de nuevas sanciones para someter a la consideración de Trump que contemplan la eliminación del comercio con Corea del Norte.