viernes, 22 noviembre 2024
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Viven en una cacería de agua

José Daniel Sequera | La Prensa.- Les está costando un mundo a los habitantes de las parroquias El Cují, Tamaca y Juan de Villegas contratar, al menos cada cuatro días, camiones cisterna para que les surta de agua porque semanalmente les aumentan 500 bolívares.

“A mitad de septiembre pagábamos 2 mil por una pipa de 200 litros, después fueron 2 mil 500 y así hasta que nos llegaron a 4 mil 500 bolívares a mediados de octubre por cada pipa”, aseveró Esther Loaiza, dirigente comunal de El Jayo, parroquia El Cují

Los factores que influyen en el precio del agua depende, además de la inflación y los costos de mantenimiento del transporte, de qué tan lejos se encuentre el comprador. Si el cisterna va desde el llenadero San Juan hasta El Jayo, hay que pagar hasta 4 mil bolos por la pipa; en Andrés Bello a escasos 2 kilómetros, pagan 4 mil 500 bolívares; mientras quienes viven en Alí Primera no tienen más remedio que comprar la pipa a Bs. 5 mil 200.

Vecinos de estas tres zonas aseguraron que a veces gastan más de 100 mil bolívares al mes porque tienen que llenar cuatro pipas, que es casi la capacidad de un tanque azul de 800 litros.

Desde el frente de su casa, la señora Karina Arévalo destacó con molestia que “aunque estoy nueva por aquí en El Cují, he gastado un realero en agua porque aquí somos seis personas y se gastan las pipas muy rápido y los precios están elevados, no hay consideración”.
Habitantes del norte denunciaron que además de lo caro que está pagar una cisterna, tienen que “jalarle mecate” a los conductores para que les pueda surtir.

“Yo le he reventado el teléfono hasta cinco días seguidos a un cisternero para que me traiga así sea un poquito de agua, pero algunas veces no viene por lo lejos”, dijo Yoleida Meléndez desde la planta baja de un bloque de la zona 6 de Alí Primera.

Los que viven en el megaurbanismo, que hasta hace dos años les llegaba tanta presión de agua por la tubería que tenían que cerrar la llave de paso, se tienen que apostar en la entrada para cazar a los cisterna.

“Hay gente que se pone desde las cinco de la mañana en la entrada para pegárseles atrás al primer cisternero que vean para que les venda el agua”, rezongó Meléndez, detallando que algunos no le quieren surtir agua a los que viven en pisos altos.

Otro problema que dicen tener para poder pagar un cisterna es que cuando no son de confianza tienen que parir el efectivo. “A veces tengo que pagar 16 mil bolívares billete sobre billete, y cuesta porque casi no hay efectivo en la calle”, alegó Zoraida García, vecina.

No se quedan atrás

En Pavia, la situación no es mejor porque hay dos sectores que se han visto muy afectados por el aumento del agua: Colinas de la Iglesia y La Orquídea.

La dirigente comunal Lenni Almeida, afirmó que los cisterneros más de una vez no quieren subir por el mal estado de las vías.

“Pero cuando uno les dice para llenar más de dos pipas o un tanque azul entonces la vía está lisita para los camiones pasen”, soltó con amargura.

Almeida resaltó que al igual que en el norte, los cisterneros, que en este caso vienen desde el llenadero de Jacinto Lara ubicado en el kilómetro 11 vía Quíbor, los precios suben y no ven calidad en el agua

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