Estefany Figueroa | LA PRENSA.- En un 70% ha bajado la venta de bambinos entre los vendedores ambulantes, quienes reportan que la caída de las ventas se debe principalmente a la falta de efectivo.
Bambineros que antes vendían entre 90 y 100 helados diarios, ahora venden entre 30 y 40 unidades, en el mejor de los casos. Aseguran que los clientes evitan la compra del producto para ahorrar el efectivo y usarlo en otras prioridades como el pago del pasaje.
Un bambino puede costar entre 1500 y 3.000 bolívares, mientras que un pasaje en ruta cuesta 1.500 y en rapidito 2.500 bolos.
Rafael Rivero, vendedor informal del semáforo de Pata ‘e Palo, destacó que tiene 13 años dedicado a la venta de bambinos en esa intersección y que nunca había visto una crisis en las ventas tan agudas como ahora.
Diciembre de 2017 las ventas estuvieron medianamente bien, vendía hasta 80 bambinos diarios. Pero en enero de 2018 las ventas se vinieron a pique y apenas logro vender 30. La gente se queja de la falta de efectivo”, aseguró.
Para paliar la escasez de efectivo y no perder clientes, las fábricas de bambinos tienen promociones a la hora de vender sus productos al mayor. Por ejemplo, si el cliente paga en efectivo el paquete de bambinos cítricos cuesta 30 mil bolívares, pero si paga con transferencia se eleva a 35 mil.
Rosibel Andrade, quien es la encargada de una de las distribuidoras de bambinos más famosas de la ciudad, explica que aun cuando tiene ofertas para compra con efectivo, las ventas cayeron drásticamente cuando el pago es en moneda de papel.
Por transferencia se vende igual que el año pasado. Pero en efectivo sólo vendo 15 paquetes diarios máximo”, manifestó.
Desaparecen
El bajón de ventas en el semáforo de Pata ‘e Palo ha hecho que los vendedores abandonen su puesto de trabajo y migren a otras actividades.
Edilyn Gutiérrez, vendedora de la zona, asegura que a principio de año 2017, en ese punto había 15 bambineros que lograban vender hasta 100 helados congelados en un día.
Sin embargo, desde octubre de 2017, cuando se agudizó la escasez de efectivo, los vendedores se enfrentaban a un drástico bajón de ingresos y poco a poco fueron desapareciendo al punto de quedar sólo cinco personas.