Cristina Linárez | LA PRENSA.- Poniendo a la venta ropa, zapatos y accesorios en buen estado es como madres de niños con diabetes consiguen dinero para poder comprar la insulina que necesitan sus hijos y así puedan continuar su tratamiento que controla los niveles de azúcar en la sangre.
“Nuestros hijos están en peligro de muerte, no nos podemos quedar de brazos cruzados. Estamos haciendo de todo para poder costear los gastos de su tratamiento”, dijo desesperada Lilibet Bautista, madre de un adolescente de 15 años, que padece diabetes desde hace dos años y necesita insulina cristalina que cuesta, mínimo, 600 mil bolívares y su chamo no la consume desde hace un mes.
Salir de casa, caminar de farmacia en farmacia en búsqueda de la insulina se ha convertido en parte de la vida de Bautista y de las madres de los 213 niños que pertenecen a la Fundación de Niños, Niñas y Adolescentes con Diabetes (Fundacaminidia).
En la búsqueda de la insulina, madres aseguran que al escuchar por los farmacéuticos la respuesta “No hay”, esta retumba en sus oídos y sienten impotencia pues la crisis de medicamentos parece que nunca tiene solución. Pero la situación empeora, cuando milagrosamente la consiguen, pero con un precio de hasta 600 mil bolívares, que no todas tienen en su bolsillo. Cuando esta se conseguía el año pasado en sólo 8 mil bolívares.
La desesperación de las madres al ver a sus hijos tan débiles por no poder seguir el tratamiento necesario para la diabetes, es desde octubre, cuando por última vez recibieron de Sanidad la hormona tan deseada. Cada paciente fue beneficiado con dos frascos de insulina.
Según la Leidy Vázquez, directora de la fundación, por lo general un paciente con diabetes se trata con un frasco de insulina por 20 a 30 días, pero como los casos de los pacientes no son todos iguales, hay quienes requieren hasta de dos frascos al mes.
Teniendo en cuenta que la insulina que “medio se consigue” es la NPH, la cual estabiliza los niveles de azúcar pero de manera muy lenta, mientras que la tipo cristalina, que es actúa más rápido no se consigue.
Vázquez comenta que para el tratamiento no sólo se requiere de la insulina, sino también de el glucómetro, tiras reactivas, lancetas y las inyectadoras, por lo que el gasto es grande.
Quienes pertenecen a la fundación piden ayuda a toda la población para poder mantener la vida de los pacientes, debido a que sin la insulina, su vida corre peligro. Además todo aquel que quiera colaborar de cualquier manera será bien recibido en la fundación.